
Las rosas de Santa Rita vuelven a llenar O Barco de fe y agradecimiento
Cada año por estas fechas decenas de vecinos de O Barco acuden a comprar sus rosas para que sean bendecidas el día de Santa Rita

Cada mayo, las rosas cobran un significado especial en O Barco de Valdeorras. No son simples flores: son promesas, agradecimientos, peticiones. Y el jueves 22, día de Santa Rita, volverán a llenar la iglesia y las calles de devoción.
«Estos días no paran de entrar personas buscando su rosa. A veces es solo una, otras media docena. Depende de lo que hayan ofrecido», cuenta Estela Vega Rodríguez, dueña de la floristería Esnat. Desde su comercio, prepara cada ramo con mimo, sabiendo que no es un regalo cualquiera. «Se hacen buquecitos muy monos, porque luego los levantan durante la bendición y se los llevan a casa».
Estela lleva 30 años entre flores y toda una vida en O Barco. Ha visto cómo esta tradición, lejos de apagarse, gana fuerza con los años. «Cada vez hay más devoción», asegura. Incluso en tiempos en los que parece que la fe va perdiendo espacio, Santa Rita —la patrona de los imposibles— sigue despertando una respuesta masiva entre vecinos y vecinas.
Parte de este renacer tiene que ver con la llegada del nuevo sacerdote, Jesús Álvarez. «Le ha dado un aire distinto a las celebraciones religiosas y el pueblo lo ha notado. La gente está muy contenta», explica.
En su tienda, entre cinco y seis docenas de rosas encuentran dueño en los días previos a la festividad. Una a una, con nombre propio, rumbo a manos que creen, esperan y agradecen. Porque en O Barco, cada rosa cuenta una historia.