No se cumplió el dicho en Calabagueiros y el cambio de entrenador no supuso la victoria del CD Barco. El estreno de Lino Estévez al frente del equipo se saldó con una dura derrota (0-2) ante el Valladares.
En el encuentro, que comenzó unos 35 más tarde de lo previsto al tener que aterrizar en el campo un helicóptero del 061, dominaron los locales, pero no fueron capaces de transformar sus ocasiones.
Un tiro flojo del Valladares anunció el inicio del choque. Respondió el Barco con un disparo similar, obra de Rogerio, y a partir de ahí los dos equipos trataron de jugar sus armas. Hasta el minuto 13. Con un saque de esquina, los vigueses pusieron en balón en el área pequeña y Freiría remató de cabeza en el segundo palo y totalmente solo.
Dos minutos después pudo poner el empate, también de cabeza, Javi Pazos, pero Comesaña, el meta del Valladares, detuvo el esférico. El Barco probó fortuna con dos faltas casi consecutivas, pero los balones que sirvieron Rubén García y Óscar Martín ni siquiera incomodaron al portero visitante.
Corría el minuto 22 cuando el Barco recuperó un balón en el centro del campo y dio inicio a una jugada loca en la que Rogerio estrelló un misil contra el poste que levantó del asiento a los aficionados, que se metieron en el encuentro mientras el equipo se adueñaba del balón y llevaba el peso del choque.
La grada de Calabagueiros cantó gol en el 29, en otra de esas jugadas en las que ocurre de todo y en la que el Valladares hizo internacional a Konaté, que recuperó un balón e ingresó en el área dejando a los defensores vigueses atrás. Un atacante del Barco se sacó un disparo de la manga; parecía que se colaba entre los palos, pero la pierna de un jugador del Valladares despejó el balón sobre la línea.
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Lino Estévez, de pie y dando indicaciones a los suyos durante toda la primera parte, contemplaba como su equipo era incapaz de convertir alguna ocasión, si bien tampoco concedió opciones a su rival. La grada comenzó a vaciarse en cuanto el colegiado indicó el descanso: había chorizada junto a la cantina. En el vestuario había aspectos que ajustar.
Nada más comenzar la segunda mitad llegó un mazazo para el Barco. Minuto 48, equipo roto y Coira le pega desde fuera del área. El disparo fue por el medio de la portería, pero Pacho no fue capaz de detenerlo, era el 0-2. Esta acción despertó críticas en la grada, al entender la afición que al equipo le faltan garantías bajo palos.
El asistente se comió dos faltas aparentemente claras sobre jugadores del Barco que encendieron a la grada, que asumía un resultado que casi cambia Juanito al filo del 70, con un cabezazo que no encontró puerta. Tuvo una clara Isi delante del portero, pero este domingo la pelota estaba empeñada en no entrar.
Decepción en los rostros de unos jugadores que se vieron superados una jornada más. La próxima jornada el Barco visita al Atlético Arnoia, un rival directo.
