La profesión de veterinaria celebra hoy, 30 de abril, el Día Mundial del Veterinario. Una carrera que en la sociedad se reconoce como sanitaria pero no así en la administración.
Paco Herrero, de Servicios Veterinarios del Sil, reconoce que existe una ‘atomización’ del sector ya que hay un gran número de profesionales con varias clínicas en las que se ofrecen servicios muy económicos pero poco profesionalizados. “Un médico para hacer una cirugía tiene que tener un máster o posgrado pero en veterinaria no es así. Lo puede hacer quien acaba de terminar la carrera y no tiene ni experiencia ni formación”, admite destacando la necesidad de un hospital veterinario en la zona.
Un problema que se une a las amplias jornadas de trabajo, “tenemos guardias de 24 horas durante semanas seguidas”, advierte.
La causa de esta problemática, tal y como señala el veterinario, no es otra que la falta de regulación administrativa. Y es que esta demanda no es exclusiva de Valdeorras ya que los Colegios Veterinarios señalan la necesidad de regular la formación, admitiendo que actualmente, en España, hay 14 universidades en las que estudiar veterinaria. Eso provoca que cada año se gradúen un total de 1.500 veterinarios, cuando solo se integran en el mercado 500.
Eso sí, la parte buena es que la comarca no cuenta con enfermedades ya que existe una prevención. "Es zona endémica de Leismania y hay las enfermedades normales de la época pero nada preocupante", señala.
Zonas rurales
Curiosamente, esta realidad choca con la falta de veterinarios en zonas rurales y especializados en granjas de producción ya que desde hace 20 años existe una mayor demanda de la especialización en animales de compañía y mascotas. Las razones de la falta de profesionales veterinarios en zonas rurales y remotas son diversas: condiciones de trabajo desfavorables, dificultades para lograr la conciliación entre vida laboral y personal y una débil demanda, ya que existe cada vez un menor número de ganaderos. “¿Quién va a querer ir a vivir a zonas alejadas y mal conectadas trabajando 24 horas y con unos altos impuestos?”, se pregunta Herrero.
IVA y reconocimiento sanitario
Esta demanda se une a otras históricas de la profesión como la del IVA. Y es que mientras que el Impuesto sobre el Valor Añadido, IVA, en la sanidad es de un 10%, el de los veterinarios es el 21, como un artículo de lujo. Y esta problemática deriva de otra, la falta de reconocimiento de la veterinaria como profesión sanitaria.
Además, un centro veterinario no está reconocido como dispensador de medicamentos, es decir no puede dispensar y vender medicamentos al pormenor. “Por lo que un veterinario compra los medicamentos para los tratamientos al 10% pero los tiene que cobrar, cuando lo aplica en el animal, al 21”, señalan desde el sector.
One Health
Asimismo, desde el sector también exigen a la administración que los veterinarios que trabajan como inspectores de salud pública estén integrados dentro del sistema nacional de salud.
Todas estas reivindicaciones veterinarias se unen en una, el concepto One Health, “una única salud”, que contemple la interdependencia y relación entre la salud humana, la de los animales y la del medio ambiente. Un enfoque basado en tres pilares como son la seguridad alimentaria, la zoonosis y el uso responsable de antibióticos.
En definitiva, una profesión muy necesaria para el bienestar de la sociedad pero que también necesita un mayor conocimiento por parte de la administración.
