
La lluvia no ha frenado a los trabajadores de Irosa-Samaca, que como ya habían anunciado ayer, se han concentrado este viernes, 20 de octubre, a las puertas del Juzgado de O Barco al grito de "Irosa non se pecha".
Los trabajadores del grupo pizarrero Irosa-Samaca siguen sin noticias sobre cómo avanzan las negociaciones entre la gerencia y la Comunidad de Montes Portela-Trigal. Queda algo más de un mes para que llegue ese 29 de noviembre, fecha en la que, de no haber cambios, se procederá al desalojo definitivo.
Y como es lógico, «la situación está muy tensa, porque no sabemos realmente lo que pasa», explica Ramón Porto. Durante dos semanas han respetado la petición de la presidencia de la empresa sobre la detención de las movilizaciones para buscar una solución, «pero vemos que no avanza. Estamos todos haciéndonos preguntas. El 29 de noviembre está a la vuelta de la esquina».
Los portavoces se han reunido en varias ocasiones con la dirección, que les asegura que «las cosas van poco a poco, pero no creemos que las negociaciones avancen. Es todo un despropósito, así que llegamos a este punto donde hay que demostrar quiénes somos».
Esta desconfianza, en palabras de Anxo Pérez, viene motivada por lo ocurrido en marzo de este año, cuando se anunciaba la resolución del conflicto tras la expropiación de los terrenos gracias a la ayuda de la Xunta de Galicia. «El 19 de septiembre aparece la Guardia Civil. Hoy Irosa trabaja exclusivamente porque los empleados se plantaron y echaron de allí a quien iba a desahuciar. Sino, hoy estarían pidiendo el paro».

Destacan también la «injusticia» que supone que haya «cerca de 5 millones de euros en pizarra en la explanada de Samaca. Están cautivos, no se pueden vender, porque se encuentran en terrenos desahuciados».
De llegar el 29 de noviembre sin solución, se procederá al desahucio y con él, «se van a perder 250 puestos directos, más los indirectos. Esto no se puede permitir, que se arreglen entre ellos».
Por ello, anuncian movilizaciones en próximos días, y «el 29 de noviembre, nos encontrarán allí». Además, ponen sobre la mesa que «la Xunta de Galicia no está moviendo ficha para salvar los puestos. Parece que Valdeorras no existe. No se puede consentir este mazazo al empleo».