jueves. 01.06.2023

Ocho décadas desde que la clandestinidad se alojó en Casaio

El 24 de abril de 1942, se constituyo la Federación de Guerrillas de León y Galicia, la primera de estas características en España y que tenía su sede en Carballeda de Valdeorras

Durante el régimen franquista, la comarca de Valdeorras fue el hogar de la "guerra de guerrillas", esa que ejercían lo contrarios al régimen de Franco y que en la zona de Valdeorras vio la luz antes que en otros lugares de España.

«Tras la sublevación el 18 de julio de 1936, las circunstancias que se dieron en Valdeorras y en El Bierzo fueron las mismas», así explica el investigador berciano Santiago Macías cómo ambas comarcas vieron nacer una guerrilla de resistencia al franquismo años antes de que estos grupos armados surgieran en el resto de España.

Y es que ambas zonas cayeron rápidamente en manos de los sublevados. El 21 de julio de 1936, los militares y la Guardia Civil se unieron a los franquistas y tomaron el mando, comenzando la represión de aquellos que seguían siendo fieles a la II República. Un tema que Macías trata en su libro El monte o la muerte.

El monte o la muerte

En el libro, el berciano relata el origen de esa resistencia formada por aquellos vecinos de ambas comarcas que fueron obligados a ir a la guerra con el bando sublevado. «Algunos desertaron y pasaron a la clandestinidad, se ocultaron. Y muchos lo hicieron en la zona valdeorresa de Casaio que fue un punto de concentración de los huidos de ambas comarcas» señala Macías quien detalla que en el año 1940, los integrantes de este grupo entran en contacto con sus homólogos en Asturias y junto a ellos pasan a Portugal donde esperan poder huir fuera de la península.

Portugal, en aquel momento gobernado por el dictador Salazar, supuso una amenaza para los huidos y muchos de ellos fallecen en el intento. Finalmente se repliegan, de nuevo, a la zona de Casaio donde los valdeorreses y bercianos ya llevan cuatro años y tienen establecido un campamento, la después llamada Ciudad de la Selva. Así a ellos se unen parte de los asturianos y, a finales de 1941, forman la Federación de Guerrillas de León y Galicia en la que se ensambla la formación técnica y militar de los asturianos y los conocimientos de la vida en clandestinidad de valdeorreses y bercianos.

A diferencia de lo que dice el acervo popular, la organización se constituía por agrupaciones formadas por cuatro guerrillas que se componían de varios destacamentos. El 24 de abril de 1942, hace 80 años, en la aldea de Ferradillo, cerca de Ponferrada, celebran el congreso fundacional aunque los estatutos provienen de diciembre del año anterior. Dicha organización armada fue el germen de otras muchas, años después, en el resto de España.

«Tenían estatutos y un código de comportamiento que prohíbe llevar a cabo actos indiscriminados y de hecho, a uno de los asturianos lo llegan a juzgar y a fusilar ellos mismos por violar su código disciplinario», narra Macías quien señala que el apoyo popular se basaba en el respeto a los actos de los pueblos. «La guerrilla ya organizada tenía estatutos, código y tribunal disciplinario, Estado Mayor y hasta un periódico que edita en un bar de El Bierzo. En el ático del establecimiento, utilizando el ruido de los clientes, ubican una imprenta clandestina, donde imprimen El Guerrillero durante tres años”, apunta el historiador.

En ese momento, la organización armada estaba formada por un centenar de personas, casi todos hombres puesto que para evitar problemas de convivencia y celos, no solían admitir mujeres salvo casos aislados.

Guerrilla del Llano

A esta estructura se le unía la llamada «Guerrilla del Llano» una red de enlaces, formada por los vecinos de los pueblos que no eran sospechosos, pero que informaban a los huidos de los movimientos y acciones de la Guardia Civil así como de acciones en los pueblos.

El final de la guerrilla llegó, precisamente, cuando agentes de la Benemérita descubrieron uno de los mayores puntos de apoyo a la organización en el pueblo de Columbrianos. «Allí se guardaba mucha documentación de la Federación. Matan a la dueña de la casa, a su sobrino y a tres guerrilleros que había dentro y descubren toda la documentación de la Federación: cae la red de enlaces, hay más de 500 detenciones entre Valdeorras, El Bierzo y la Cabrera de personas que aparecían en los papeles como colaboradores. Es el principio del fin de la guerrilla, en junio de 1945», destaca el investigador.

Curiosamente, estos hechos coinciden con el final de la II Guerra Mundial. Hitler muere en abril de 1945 y en otoño del mismo año cae Japón. «Una vez que se sabe que las potencias aliadas no van a intervenir en España, el gobierno franquista empieza con las detenciones. Parece que el franquismo fue prudente y no quiso empezar la estrategia represiva contra los enlaces de la guerrilla hasta no ver qué pasaba a nivel internacional. Tiene que ver lo que tardaron en detenerles después del episodio de Columbrianos, con el final de la II Guerra Mundial», matiza el berciano.

El final no solo estuvo motivado por este hecho sino también por las desavenencias, en el interior de la guerrilla, de la facción socialista, que cree que la lucha armada no tiene sentido tras la no intervención aliada y apuestan por abandonar España, y la facción comunista que no quiere abandonar la resistencia armada. Todo concluye con la desaparición de la Federación en 1947 y el posterior nacimiento del Ejército Guerrillero de Galicia bajo control comunista y que sobrevivió durante unos pocos años.

Santiago Macías ha publicado este libro en el que no solo se conoce la historia de estos guerrilleros sino que contiene 840 nombres de bercianos y valdeorreses a través de los cuales se reconstruye la historia de la guerrilla, las razones que les llevaron a ocultarse, a «echarse al monte» y huir.

Ocho décadas desde que la clandestinidad se alojó en Casaio