
Llega el verano y con él el calor. Llevaremos menos ropa y volveremos a las piscinas y a las playas con traje de baño. Nos veremos las pieles. Para algunos no supondrá ningún inconveniente ni malestar, pero para otros será una de las pruebas más duras a las que se enfrenta cada año.
Hoy abordamos los TCA —Trastornos de la Conducta Alimentaria—. De cómo surgen, qué son, edades y géneros a los que afectan y, sobre todo, cómo concienciarnos a la hora de opinar o comentar el físico del de al lado —pista: nunca—. Para ello hablamos con Andrea Oliva, del centro de nutrición Magadán y Oliva, en A Rúa.
SOMOS COMARCA: ¿Qué es un TCA?
ANDREA OLIVA: Es una patología grave que se relaciona con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios. Condiciona nuestra vida física y psicológica. 4 de cada 10 diagnosticados no reciben tratamiento, lo que significa una prevalencia de enfermedades mentales en estas conductas. Alrededor de un 95% de personas diagnosticadas experimentan a su vez un tratamiento psiquiátrico.
SC: ¿Hay mitos en cuanto a estos trastornos?
AO: Siempre pensamos en trastorno por atracón, anorexia o bulimia, o incluso en personas delgadas cuando hablamos de TCA, pero no siempre es así. También lo es síndrome de rumiación, evitar ciertos alimentos, comer solo por la noche porque he evitado comer de día... Es un amplio espectro.
SC: ¿Habéis notado un incremento en estos trastornos?
AO: Lo que hemos notado es que desde que aparecieron las redes sociales hay mucha más fijación y obsesión por el aspecto físico. La gente joven tiene una visión más distorsionada de la realidad. También hemos visto un aumento de personas que acuden a consulta, porque tenemos más información. Lo notamos además en los padres, que saben reconocer ciertos síntomas o detalles que antes no generaban ninguna preocupación.
SC: ¿A qué edades pueden surgir más?
AO: Hoy en día aparecen en torno a los 9 años. Antes, hace unos 10-15 años, hablábamos de pubertad. Pero ahora aparecen bastante antes por las redes sociales. Están más expuestos.
SC: Siempre pensamos en mujeres al hablar de TCA. ¿Los hombres también los sufren?
AO: Sí, siempre se habla de que hay menos pero es que está infravalorado. Porque ni ellos mismos lo reconocen, lo asignan a las mujeres. En los hombres hay manifestaciones que se dan de forma más común y que aún no se ven de una forma problemática. Si vemos a un chico que va tres horas al día al gimnasio y se preocupa por su cuerpo lo vemos como algo sano. Pero estamos hablando de ejercicios compulsivos, compensatorios, de unas conductas alimentarias que no son sanas. Y hoy es un trastorno de vigorexia: que es un TCA.
SC: ¿Cómo debemos actuar si alguien de nuestro entorno sufre un TCA?
AO: Sobre todo respetar sus decisiones, aunque nos parezcan extrañas. Si quiere estar totalmente tapada en la playa o la piscina, o no quiere ir acompañada a estos lugares. También tratar de mantener a esa persona entretenida, fuera de las redes, ni revistas ni programas de verano, porque pueden llevarla a esa comparación o refrescar sus inseguridades. Evitar consejos de "esto no engorda", "esto es sano". Hay que partir de que no hay alimentos buenos o malos, hay que reconciliarse con eso. Ni un helado es malísimo ni una ensalada es maravillosa. También podemos ponernos en contacto con psicólogos para recuperar riendas en nuestra relación con esa persona.
SC: ¿Qué comentarios debemos evitar ahora que vamos a mostrar más nuestros cuerpos?
AO: Cualquiera. No somos nadie para estar comentando el aspecto de otra persona. Incluso el comentario positivo, el "qué guapo estás", "ay, adelgazaste", puede ser un refuerzo para alguien que lo sufre o para que lo desarrolle porque está en ese limbo. A nadie le interesa nuestra opinión. Básicamente es no hablar del aspecto de otra persona si no nos piden opinión.
SC: Como profesional de la nutrición, ¿cómo abordas los casos que llegan al centro?
AO: En la consulta nutricional trabajamos de forma muy variada, y es muy importante el abordaje psicológico. Tenemos muchas herramientas para el trabajo a nivel nutricional pero parte también de problemas o trastornos psicológicos. En nutrición nos centramos mucho por ejemplo en la percepción de los alimentos, entender la señal de hambre o saciedad, y sobre todo enseñarles una rutina de alimentación. Esto es porque van a evitar comer a ciertas horas o se van a saltar comidas, y es importante tener ese hábito marcado.
SC: ¿Un TCA se cura?
AO: Desde la sanidad, por desgracia, se ha vertido que el TCA es casi como una adicción y se convive con ello toda la vida. Pero no. La recuperación es una realidad pero hay que transitarla. Es un proceso largo. Una recuperación activa. Y hay muchos altos y bajos, recaídas, pero desde aquí digo a una persona que lo sufre que centre sus energías en el día a día, en el proceso, y no piense tanto en el resultado final. Hay que persistir, con constancia.
La entrevista completa está disponible en el siguiente enlace de audio: