La parroquia de San Esteban de A Rúa vivió este Jueves Santo una emotiva celebración de la misa de la Última Cena, uno de los actos más significativos de la Semana Santa. La ceremonia, cargada de simbolismo y recogimiento, incluyó el tradicional rito del lavapiés, en el que el sacerdote, siguiendo el ejemplo de Jesús con sus discípulos, lavó los pies a varios feligreses como gesto de humildad y servicio.
Mientras tanto, el coro parroquial acompañaba la liturgia interpretando cantos en latín, lo que añadió un ambiente solemne y espiritual a la celebración, conectando a los fieles con la tradición más antigua de la Iglesia.
Tras la misa, se realizó el solemne traslado del Santísimo al monumento, donde permanecerá en adoración hasta el Viernes Santo. La comunidad parroquial, con una gran asistencia de fieles, acompañó los actos con profundo respeto y devoción, manteniendo vivas las tradiciones que dan sentido a estos días santos.
Una vez más, San Esteban de A Rúa demuestra su compromiso con la vivencia espiritual y comunitaria de la Pascua, en un ambiente de fe compartida y recogimiento.
