Hosteleros, comerciantes y pulpeiros ven con buenos ojos el regreso de la feria, aunque destacan el miedo de la gente
Tal día como hoy, pero hace 12 meses, A Rúa celebraba su última feria sin restricciones. El 7 de marzo de 2020 los vecinos de la localidad podían acudir al mercado mensual apenas unos días antes del primer Estado de Alarma.
Pocos se imaginaban 365 días después que este mercadillo iba a regresar tras varios meses de parón debido a la pandemia de la COVID-19. Javier García, gerente de O Retorno califica muy positivamente la vuelta del evento.
García subrayó que con la reducción de aforos y protocolos se puede celebrar de forma segura. Además detalla la importancia de que la economía vuelva a funcionar. «El remedio puede ser peor que la enfermedad. Se ve a gente pero no hay aglomeraciones, la gente está animada».
«La gente tiene miedo, pero se anima a salir»
Desde el sector de los pulperos afirman que el ritmo de ventas atendiendo el aforo es bueno, ya que los compradores se animan a visitar la feria y coger al octópodo para comer. «No es como otras veces pero la gente viene».
«La feria se va a terminar»
Más críticos fueron desde el sector del comercio. En este caso desde el mundo del calzado fueron pesimistas ante la afluencia de la gente, detallando el miedo de los más mayores, que son los que compran habitualmente en este tipo de negocios. «Por la semana vienen los que necesitan el producto pero los fines de semana solo los que acuden a dar un paseo».
De cara al futuro, este no lo ven nada halagüeño. «La feria se va a acabar, ahora duran como mucho 3 horas. Es poco tiempo pero seguiremos batallando».
Y entre los compradores alegría, pero prudencia. Algunos destacaron el poder «volver a la vida» tras unos meses convulsos de cierres perimetrales o de la hostelería, aunque siempre destacando la prudencia y el sentidiño para no dar pasos atrás en la desescalada en una mañana donde «hubo bastante gente pero en cantidades apropiadas» como subrayaron varios asistentes.