jueves. 05.06.2025

Tan cerca y tan lejos, en un Día de la Madre especial

Ensartamos historias dentro de un artículo para hacer llegar la felicitación a todas las madres en su día

Testimonios de hijos que tendrán que conformarse con verse por videollamada, madres e hijos expuestos al virus e hijos que pasan la cuarentena con su madre.

El Día de la Madre de 2020 no será fácil de olvidar. Aunque coincide con las primeros salidas al exterior, se está celebrando en confinamiento. A no ser que vivas con tu madre, da igual que estés cerca de ella; lo máximo que podrás verla es por videollamada o acercándote a su calle y que salga al balcón.

El Día del Padre nos pilló en pleno arranque del confinamiento. Todos estábamos descolocados, pero ahora no estamos dispuestos a dejar a madres y abuelas sin un regalo que les alegre el día. Este año, los repartidores serán los duendes que nos acerquen a nuestras progenitoras.

Pero, ¿cómo habrán pasado las madres (y los hijos) estos días? Nos lo relatan madres expuestas al coronavirus, hijos confinados con sus madres o que no quieren llevar el virus a su familia e incluso aquellos que van a estar lejos de ellas, aunque vivan cerca.

A minutos de su madre...y sin verse

Jorge Álvarez

Ese es el caso del barquense Jorge Álvarez, que vive a minutos de sus padres pero ha pasado el confinamiento solo y hoy no podrá visitar a su madre ni darle un abrazo. «He salido muy poco, a mi negocio a atender algunos encargos que nos hacen online. Se hace raro porque vivo a unos cuantos metros de mis padres. Los vi en un par de ocasiones, pero obviamente, manteniendo las distancias», destaca Álvarez quien también vive cerca de su hermana y sus tres sobrinos pero no ha podido verlos desde que comenzó el estado de alarma. «Es una pena y me da rabia porque estoy a menos de un minuto andando. Pero es momento de ser responsables y cumplir con lo que nos mandan para acabar cuanto antes con el dichoso bicho», detalla.

Las videollamadas, el WhatsApp y el teléfono se ha convertido en su ritual para estar conectado con su familia y en especial con su madre. «Normalmente, a diario, como con ellos y claro…la comida de mamá…es la comida de mamá», subraya. Esperanzado añade que en su familia acumulan celebraciones para, en cuanto puedan, juntarse con más ganas que nunca.

Hijos en Madrid y madre en Petín

Luis y Teresa Pomar Rodríguez

El caso de Teresa y Luis Pomar Rodríguez es muy diferente. Ambos están pasando la cuarentena en Madrid y su madre en Petín, por lo que pasarán semanas hasta que puedan verse las caras. «Llevamos encerrados desde cinco días antes de que se decretará el estado de alarma, pero no quisimos ir a Petín porque también vivimos con nuestros abuelos», señalan. Aseguran que están bien pero reconocen que se han perdido varias celebraciones como el Día del Padre, el cumpleaños de su madre y este Día de la Madre. «No lo solemos celebrar mucho. Pero el Día del Padre tenían pensando venir a Madrid y que estuviéramos juntos», detallan añadiendo que también lamentaron no estar con su madre el día de su cumpleaños. Advierten que tienen ganas de poder viajar a Petín y estar con su familia aunque mantienen un contacto constante con ellos a través de WhatsApp, así como varias llamadas entre semana y vídeos los fines de semana.

Madre, hija y policía

Beatriz con sus hijos

También las madres lo tienen difícil en estos días. Es el caso de Beatriz Delgado, policía local de O Barco y madre de dos hijos. No ha organizado ningún detalle especial para el día de hoy aunque advierte que sus hijos si le suelen hacer regalos. Admite que una de sus preocupaciones, al igual que el de otras profesiones que han estado expuestas durante todo el estado de alarma, ha sido desinfectarse bien antes de llegar a casa. «En la policía antes y después de cada turno desinfectamos el coche, el teléfono, el mobiliario…pero cuando llego a casa saben que no me pueden abrazar o besar hasta que no me desinfecto», apunta la agente.

En contrapartida, Beatriz no podrá hoy ver a su madre que también vive en O Barco. «Cuando pudimos salir con los niños, fuimos a verla, desde la distancia pero yo si le llevo la compra cuando lo necesita», argumenta mientras subraya que hoy no podrán felicitarle el día de manera personal.

Hijos expuestos

Verónica, Aarón y Ainara

También son los hijos los que pueden estar expuestos al virus y deben evitar contagiar a su madre, así como al resto de la familia. Es el caso de Aarón Alejandre quien trabaja en un supermercado de O Barco. Relata que en cuanto llega a casa se quita la ropa, se ducha y desinfecta tanto las gafas como el teléfono móvil. Lava toda la ropa y el uniforme aunque la precaución ya ha comenzado en el trabajo, donde está lavándose las manos constantemente. «Antes de salir me cambio los guantes y me los quito antes de entrar en casa y me desinfecto las manos», asevera.

Respecto a su trabajo lo califica como «época complicada» sobre todo al principio, antes de decretarse el estado de alarma, «un simulacro de apocalipsis» bromea el joven. Asegura que ahora sigue siendo necesario trabajar duro y percibe el estrés y mal humor en los clientes. «En ciertos casos, poca consideración hacia el trabajador, no todos seguían a rajatabla las medidas», detalla admitiendo que en algunos casos es difícil evitar el contacto físico.

Respecto a su convivencia con su madre, y el resto de su familia, trata de desinfectarse para no contagiarles pero tanto él como sus dos hermanas pequeñas agradecen que haya sido ella quien haya hecho el confinamiento más fácil y ameno. «Se esfuerza por ayudarnos, cuidarnos y apoyarnos como nadie. Nos da ánimos cada día y los tres queremos felicitarle, no solo el Día de la Madre, sino el resto de los días porque se lo merece», concluye.

Tan cerca y tan lejos, en un Día de la Madre especial