jueves. 05.06.2025

Jabalíes en Valdeorras: ¿Proliferación o cambio de hábitos?

Los cazadores defienden que se trata de un cambio de hábitos ya que en el monte, el lobo los acecha, pero en zonas habitadas encuentran refugio, ya que el depredador no puede cazar con la misma facilidad
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Jabalíes en Valdeorras: ¿Proliferación o cambio de hábitos?

El fin de la emergencia cinegética ha dado paso a un nuevo paquete de medidas de la Xunta para controlar la proliferación de jabalíes, unas medidas que estarán vigentes hasta junio y que buscan agilizar la gestión del jabalí en función de la situación de cada zona de la comunidad. Estas incluyen batidas, esperas nocturnas, desencame con perros atados e instalación de jaulas trampa en zonas urbanas y periurbanas. Aníbal Fernández, cazador con años de experiencia en batidas de jabalí cree que estas medidas pueden ser eficaces, pero no van a acabar con el problema.

Según explica, en Valdeorras el impacto del jabalí no ha aumentado significativamente en los últimos años, al contrario de lo que ocurre en otras zonas de Galicia. Aunque la Xunta ha incluido la comarca en su estrategia de control, los datos que maneja el sector cinegético reflejan una estabilidad en el número de capturas. «Si preguntas a los agricultores, que son quienes realmente notan los efectos, la mayoría te dirán que este año no han tenido muchas quejas».

Las batidas organizadas en Valdeorras suelen capturar entre 30 y 40 jabalíes cada temporada, con ligeras variaciones según el año. Sin embargo, en comarcas como A Terra Chá (Lugo), donde la caza es más intensiva, las cifras han crecido exponencialmente, pasando de 20 a más de 140 ejemplares abatidos en solo unos años.

Menos jabalíes, pero más cerca de los pueblos

Lo que sí ha cambiado en Valdeorras es la presencia del jabalí en zonas urbanas, una imagen que se ha vuelto más frecuente en los últimos años. Para Fernández, esto no es tanto un problema de sobrepoblación, sino de cambio de hábitos. «El lobo empuja a los jabalíes hacia los pueblos. En el monte, el lobo los acecha, pero en zonas habitadas encuentran refugio, ya que el depredador no puede cazar con la misma facilidad».

Además, la forma en que se cultiva también ha cambiado. Antes, los huertos estaban en áreas más alejadas, pero ahora se encuentran más próximos a las viviendas, lo que acerca el alimento a los jabalíes y favorece su presencia en los alrededores de los pueblos.

Las batidas, aunque siguen siendo la herramienta principal para controlar la población, tienen sus limitaciones. En Galicia, la caza se permite los jueves, sábados y domingos, pero con restricciones. No se puede cazar cerca de las viviendas, lo que hace que los jabalíes encuentren refugio en esos espacios. «No podemos cazar cerca de los pueblos, y lo entiendo. No es seguro ni ético ver a un cazador con escopeta en la puerta de casa. Pero eso significa que en esas zonas los jabalíes están protegidos y no tienen razón para irse».

Algunos concellos en la comarca como Carballeda y Vilamartín de Valdeorras, han optado por proyectos piloto que se han mostrado eficaces en otras zonas como Oleiros. Se trata de colocar jaulas en zonas concretas para capturar a estos animales. Aunque Fernández reconoce que esta estrategia puede ayudar, tiene dudas sobre su efectividad si no se aplican en los lugares adecuados. «Las jaulas pueden servir, pero ¿dónde se colocarán? Si están en los pueblos o cerca de las carreteras, puede que sean útiles, pero si las ponen en zonas donde los jabalíes no son un problema, no ayudarán mucho».

En su opinión, una opción más eficaz podría ser el uso de perros para ahuyentar a los jabalíes sin necesidad de abatirlos. «Si metes perros en una zona con muchos jabalíes, estos se desplazarán sin necesidad de matarlos. Tardarán un tiempo en volver y se puede repetir el proceso cuando sea necesario».

Con las nuevas medidas en marcha, la Xunta intentará evaluar su impacto y coordinar mejor las acciones en cada comarca. Mientras tanto, los cazadores seguirán jugando un papel clave en la gestión del jabalí, aunque Fernández insiste en que el objetivo no es eliminarlos, sino encontrar un equilibrio que permita la convivencia. «A los cazadores nos interesa que haya jabalíes, pero en un número razonable. No se trata de exterminarlos, sino de mantener un control adecuado para evitar problemas».

Jabalíes en Valdeorras: ¿Proliferación o cambio de hábitos?