El clúster de la pizarra cierra 2025 como un mal año, con una caída cercana al 10 % en las exportaciones

El clúster de la pizarra cierra 2025 como un mal año, con una caída cercana al 10 % en las exportaciones
Eliseo López lo atribuye a la crisis de la construcción en los grandes mercados europeos y a problemas estructurales que siguen sin resolverse, y que auguran un 2026 «incierto» por el contexto socioeconómico y los conflictos internacionales

El sector de la pizarra no ha logrado cumplir el objetivo con el que arrancó 2025. Tras un 2024 ya calificado como regular, el clúster aspiraba al menos a repetir resultados, pero el balance del ejercicio que ahora termina confirma un empeoramiento claro de la situación.

Así lo ha explicado el presidente del Clúster da Pizarra de Galicia, Eliseo López, que ha reconocido que «el balance del año 2025 no ha sido bueno, ha sido un mal año». Aunque todavía no se dispone de los datos definitivos de cierre, las cifras acumuladas hasta septiembre ya reflejan una caída de en torno al 10 % en toneladas exportadas y de alrededor del 8 % respecto al año anterior.

El descenso se explica, principalmente, por la situación del sector de la construcción en los principales mercados europeos. Francia, Alemania y Reino Unido, que concentran más del 80 % de las exportaciones de pizarra, atraviesan un periodo de inestabilidad que está lastrando la demanda. «Son los principales importadores de pizarra y están teniendo muchos más problemas, y lógicamente sus datos son negativos», ha señalado López.

A este contexto se suma otro problema estructural que el sector arrastra desde hace años y que amenaza con agravarse: la falta de mano de obra especializada. La pizarra es un producto que requiere colocadores cualificados, una figura cada vez más escasa tanto en España como en los países europeos clave. «Cada vez tenemos menos colocadores, y eso también encarece la mano de obra», ha advertido el presidente del clúster.

La escasez de personal afecta también a las propias explotaciones y plantas de elaboración. Se trata de una actividad muy intensiva en mano de obra y, aunque las empresas están avanzando en la automatización de los centros de trabajo, la falta de trabajadores sigue teniendo un impacto directo en la actividad diaria.

Pese a este escenario, el balance de 2025 deja algunos datos positivos en mercados secundarios. Países del entorno Benelux han registrado incrementos en las exportaciones. Bélgica cerrará el año con un aumento del 7 % respecto al ejercicio anterior, Países Bajos con un crecimiento del 42 % y Luxemburgo también con cifras al alza. Estados Unidos, considerado un mercado emergente para la pizarra gallega, mantiene igualmente una evolución positiva.

Sin embargo, estos avances no compensan la caída registrada en los grandes mercados tradicionales, que continúan marcando el resultado global. Desde el clúster se sigue trabajando en la apertura de nuevos destinos, aunque por el momento su peso no es suficiente para equilibrar el descenso en Francia, Reino Unido y Alemania.

Durante este año, el clúster ha intensificado además la labor de difusión de las propiedades de la pizarra como un material plenamente actual. «No solo como producto tradicional, sino como un producto moderno para cualquier edificación», ha explicado López. En esta línea, las empresas del sector están impulsando su uso no solo en cubiertas, sino también en fachadas y paneles eficientes que permiten un aislamiento completo de la vivienda y conviven con otros materiales sostenibles.

El balance de 2025 ha estado marcado también por la visita del presidente de la Xunta a una de las canteras, donde pudo conocer de primera mano la situación del sector. Desde el clúster destacan la apuesta del Gobierno gallego por una minería moderna y avanzada, así como el papel de la pizarra como motor económico en las zonas rurales. «Estamos dando trabajo y apoyando iniciativas de mejora de nuestros pueblos», ha subrayado López.

De cara a 2026, las perspectivas siguen siendo prudentes. «Son inciertas», ha reconocido el presidente del clúster, que ha apuntado al contexto socioeconómico internacional, a la evolución del sector de la construcción en Europa y a los conflictos abiertos como factores determinantes para la recuperación. El deseo del sector es que la estabilización de los mercados permita revertir la tendencia y recuperar terreno en las exportaciones.