
Dos años después se repite la historia. Al igual que ocurrió con el papel higiénico al principio de la pandemia de la covid —marzo de 2020—, el aceite de girasol está desapareciendo de los supermercados desde que se desató la guerra entre Ucrania y Rusia. En la tarde de este miércoles, 9 de marzo, las estanterías de varios comercios de O Barco se quedaban sin existencias.
Desde hace días algunas cadenas limitan la venta de este producto, lo que ha generado una especie de sicosis. Cabe destacar que el 60% del aceite de girasol que llega a España proviene de Ucrania, país productor por excelencia.
Ante esta situación organizaciones como la OCU —Organización de Consumidores y Usuarios— se han visto obligadas a llamar a la calma. Explican que, aunque bien es cierto que España importa de Ucrania muchos productos agrícolas —cereales como trigo, maíz o girasol—, no se ha hecho notar, por lo que no hay motivo para la alarma, para temer un desabastecimiento de aceite de girasol ni de otros productos.
Aseguran que el aceite que ahora se está vendiendo procede de la cosecha de girasol del verano, antes de la guerra, por lo que una posible falta de aceite de girasol no se producirá hasta el próximo año. Además, argumentan que el aceite de oliva es una alternativa, siendo España el principal productor mundial de aceite de oliva.
Por otro lado, han rechazo la medida de restricción de las ventas de aceite de girasol que están practicando cadenas como Mercadona y Eroski, ya que explican que este tipo de medidas generan una creciente alarma entre los consumidores y favorecen la subida de precio del producto. Además, esta práctica no es legal atendiendo a la Ley del Comercio Minorista.