El Obradoiro de Emprego ha finalizado sus días de trabajo en los concellos de O Barco, A Rúa, Petín y Vilamartín. La clausura se desarrollaba en la mañana del lunes día 2 de julio, en el salón de actos del Edificio Multiusos del Concello de O Barco. En ella estuvo presente el responsable territorial de Emprego de la Xunta en Ourense, Santiago Álvarez, y los alcaldes de los cuatro ayuntamientos que han participado en el Obradoiro.
Se hacía balance en la clausura de las muchas obras que en los diferentes concellos se han llevado a cabo, de las que el alcalde de O Barco, Alfredo García, explicaba que «son obras de casi profesionales». Daba mucha importancia García al trabajo de los participantes «que realmente se empeñan en llevarlo a cabo y que, a pesar de que hubo bajas en la plantilla debido a que encontraron trabajo, las obras, a falta de algún fleco, se han concluido».
En O Barco, se realizaron obras en ambos pabellones municipales, el viejo y en el de Calabagueiros, además de cerrar con una barrera de madera gran parte de la zona de contenedores y reciclaje, primero en las inmediaciones del paso del Camiño de Inverno y después, en calles colindantes que fueron surgiendo.
En A Rúa, relata su alcalde, Luís Fernández Gudiña, se utilizaron esos fondos para acondicionar un local encima del Centro Cultural Avenida para destinarlo al uso de la Policía Local. También se acondicionaron las aceras desde la pista de tenis hasta las inmediaciones de O Aguillón. En el taller de carpintería se elaboraron bancos, hasta un total de diez que se han utilizado en pueblos como A Lastra y San Julián; otros los ha reservado el Concello «para suplir alguno en un momento dado, cuando así se necesite», apunta el alcalde.
En Vilamartín, los trabajos se han centrado en desarrollar las obras de rehabilitación para convertir el antiguo destacamento de Cruz Roja Valdeorras, a pie de la N-120, en un centro promocional de productos endógenos.
En Petín, los alumnos se desplazaban hasta Freixido, para «adecentar una zona para sentarse en el centro del pueblo». Así lo contaba Miguel Bautista, el alcalde, quien también se refirió a las obras en el lavadero de Sampaio.
Todos ellos coinciden en que el año que viene volverán a solicitarlo, «porque además de que se realizan obras que de otra manera sería más que dificultoso llevar a cabo, 20 personas se emplean cada año, con sueldo y formación, y muchas de ellas encuentran trabajo, como sucedió este año».