Yolanda Díaz defiende brigadas públicas activas todo el año y promete restaurar las zonas quemadas en Valdeorras

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Lo hizo en una reunión de tres horas con alcaldes y vecinos de los concellos afectados, en la que escuchó demandas, reproches y testimonios de quienes vivieron el fuego en primera persona

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, visitó este viernes Valdeorras para mantener un encuentro con alcaldes, asociaciones vecinales y habitantes de los pueblos afectados por los incendios de este verano. En la Casa de la Cultura de San Vicente de Leira, la aldea de Vilamartín más castigada por el fuego de Larouco-Seadur —que arrasó casi el 90% de las viviendas—, la ministra defendió la necesidad de un cambio profundo en la prevención.

«Temos que ter brigadas forestais ao longo de doce meses o ano», señaló, dejando claro que deben ser públicas y con formación adecuada. También reclamó adaptar pistas y cortafuegos a la virulencia de los nuevos fuegos y mejorar la identificación de fincas. «Agora o que toca é restaurar todo isto. Xa o fixemos no volcán de La Palma, na Dana, e faremos tamén en Galicia», insistió.

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Además, hizo especial hincapié en la salud mental de los afectados y en la atención a los problemas de salud pública, recordando que San Vicente sigue sin agua potable: «É fundamental atender ás persoas e ás necesidades que xorden tras a catástrofe».

El encuentro, que iba a durar una hora, se prolongó hasta tres. «Teño tempo para atender a todo o mundo», afirmó Díaz, que escuchó a regidores y vecinos uno a uno.

La primera en hablar fue la alcaldesa de Carballeda de Valdeorras y diputada provincial, María del Carmen González Quintela (PP), que recordó el incendio de 2022 en su concello y en Rubiá, cuando «non houbo ningunha visita institucional». Pidió una unidad permanente de emergencias en Ourense y ayudas específicas para autónomos, recordando que en 2022 «ningunha empresa quixo traballar na reconstrucción».

El alcalde de San Xoán de Río, Xosé Miguel Pérez (PP), único municipio del oriente ourensano sin hectáreas quemadas, advirtió que «o 80% da poboación vive no 20% do territorio» y que la despoblación lleva al abandono. «Non se trata de facer plans porque o papel o aguanta todo, senón de poñelos en marcha», dijo, entregando a la ministra una carpeta con proyectos de futuro.

Desde Trives, la socialista Patricia Domínguez pidió agua potable urgente para aldeas aún sin suministro y alertó sobre posibles problemas respiratorios en quienes estuvieron expuestos al humo. «En resumo, axudar», concluyó.

El alcalde de O Barco, Aurentino Alonso (PSOE), habló de las dificultades del minifundio, donde muchos propietarios son personas mayores con pensiones bajas que no pueden limpiar sus fincas ni pagar a terceros. Recordó que «hai xente que non pode, pero tamén hai quen non quere» y que los concellos carecen de medios para obligar. Además, coincidió en la necesidad de una unidad estable de la UME en Ourense.

El regidor de A Veiga, Juan Anta (PP), criticó la falta de coordinación entre cuerpos locales, autonómicos y estatales durante los incendios y defendió la ganadería extensiva como herramienta natural contra el fuego. «Ás veces parece que hai que ter tres carreiras para pedir un permiso», lamentó, en alusión a la burocracia. Añadió que algunas comunidades de montes priorizan fiestas sobre la protección del monte, lo que fue aplaudido por buena parte de los presentes.

El alcalde de Manzaneda, Amable Fernández, (PSOE) centró su intervención en las limitaciones que imponen los terrenos incluidos en la Red Natura. La alcaldesa de A Rúa, María González Albert (BNG), afirmó que «o diagnóstico está claro» pero pidió más recursos económicos y sociales para aplicarlo. Señaló que los cortafuegos actuales de 50 metros son insuficientes, pero que ampliarlos supera la capacidad de concellos pequeños.

La regidora de Petín, Raquel Bautista (PSOE), denunció la dificultad para acreditar la titularidad de muchas parcelas, lo que complica la limpieza y gestión del territorio. La alcaldesa de Larouco, Patricia Lamela, pidió perdón por ser en su municipio donde se originó el incendio

La voz de los vecinos

Tras los alcaldes, fue el turno de los vecinos. Rosana Fernández, de San Vicente, relató cómo tuvo que rescatar a su padre de 81 años durante el incendio. Aprovechó para reprochar a la Diputación que no hubiera arreglado la carretera de acceso al pueblo, lo que —dijo— puso en riesgo la vida de los habitantes. Sus palabras provocaron la reacción de la alcaldesa de Carballeda, que abandonó la sala acusando a la organización de «encerrona».

Fuera del edificio, otra vecina volvió a increpar a la regidora por el mismo motivo, lo que tensó aún más el ambiente.

Mensaje conjunto de unidad

Al cierre, el alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez, recalcó que «isto podíase ter evitado» y pidió que todas las administraciones trabajen juntas. Yolanda Díaz coincidió en el mensaje: «Probablemente, o diagnóstico do que hai que facer témolo xa. Agora o que pediría é que todas as administracións nos deamos a man para evitar que esta desgraza volva a pasar».

«A política útil é isto», concluyó, agradeciendo la implicación de los alcaldes y, sobre todo, el esfuerzo de los vecinos: «Ás veces son eles quen salvan non só os territorios, senón tamén as súas propias vidas e casas».

Tras atender a los medios, la vicepresidenta se desplazó a O Barco para visitar la cooperativa Vinos Barco, una cita prevista desde hace meses pero que tuvo que retrasarse.

Puedes escuchar la intervención del alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez y de la Vicepresidenta Segunda del Gobierno aquí