
De trabajar en una tienda vendiendo productos a dedicar el total de su vida profesional a ser gaiteiro. Miguel Ramalleira es marido de una vilamartinesa y tiene además ascendencia de la mariña lucense —concretamente de Foz y Barreiros—. La vida le ha llevado a Madrid, donde reside y trabaja dirigiendo la banda de gaitas del Centro Gallego de la capital.
Un lugar especialmente significativo para él: ahí conoció a la que hoy es su mujer. Y de esta unión nació su pequeña, que supuso el acontecimiento definitivo para que él decidiera dar el giro en su vida profesional. «Quería dedicar más tiempo a mi familia, y a la vez destinar más horas a lo que en aquel momento era mi hobby. Y aquí estoy, con menos tiempo que antes pero dedicándolo a lo que me gusta», confiesa Miguel Ramalleira.
Sus veranos son, desde luego, en Galicia, «la mitad en esta preciosa comarca y la otra en la mariña lucense». Por ello, uno de los objetivos de este músico es acercar su música a la zona. «Tengo una agrupación de música folk, gallega, donde además de la gaita está presente la batería, la guitarra, el bajo y el acordeón». El grupo lleva por nombre su apellido, Ramalleira.

«Queremos acercar con él este instrumento y esta música más tradicional al público joven, que vea que se puede adaptar a temas actuales. Sin ir más lejos, ya hemos sumado a nuestro repertorio "La potra salvaje"», cuenta entre risas. Además de dirigir la banda de gaitas del Centro Gallego de Madrid y de Ramalleira, está ahora mismo inmerso en un proyecto de música medieval.
«Estaremos en Portugal ocho días, en Santa María da Feira; en Burgos; y en Huelva». Por gran parte de la península lleva su música, y ahora una de sus intenciones es acercarla a la comarca de Valdeorras. «Me encantaría que a su gente le gustase la música que hacemos, y creo que puede funcionar muy bien aquí».
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