La jornada de hoy en Vilamartín de Valdeorras ha estado marcada por el traslado de algunos de los mayores de la residencia de mayores de Valdegodos, a otros centros debido al humo que hacía imposible su permanencia en el edificio, aunque todos pudieron regresar esta misma noche a su centro.
A la emergencia se sumó una falsa llamada al 112 alertando de 30 heridos quemados, lo que provocó la movilización de varias ambulancias y generó un enorme sobresalto. «Llegaron una UVI, una 061 medicalizada y una ambulancia convencional con una alarma de la leche, y era mentira. Se está investigando a ver quién hizo esa llamada», lamentó la concejala Claudia Núñez
El balance de daños en las últimas horas es desolador. En O Mazo ardieron tres casas, mientras que en San Vicente el fuego arrasó casi todo el pueblo, donde solo quedaron en pie la iglesia y tres viviendas.. En Cernego, sus vecinos han sido reubicados en O Bañadoiro, que funciona como punto de encuentro y abastecimiento con agua y comida.
Sobre Correxais, Núñez precisó que finalmente no resultó afectado: «nos quedó un grupo de personas que, gracias a Dios, están bien». También señaló que en Penouta hubo momentos críticos, pero la situación se estabilizó.
La concejala subrayó que la población sobrevive gracias al apoyo ciudadano. «Estamos muy agradecidos con la solidaridad de todas las personas. Cada vez que ponemos un aviso de que hace falta agua, comida o mascarillas, en nada están aquí. Los supermercados, los restaurantes, todos están colaborando. Gracias a eso estamos saliendo adelante, porque si no, imposible», señaló Núñez.
Mientras tanto, el recuerdo de lo vivido en Cernego y San Vicente sigue presente, y la amenaza continúa en otros pueblos de la comarca. La sensación de abandono institucional contrasta con la ola de solidaridad vecinal que, según los afectados, está siendo la única red de apoyo real frente a la devastación de las llamas.
