Xosé Miguel Pérez, alcalde de San Xoán de Río, ha sido uno de los miles de afectados por el apagón que dejado sin luz, y, por tanto, sin multitud de servicios y comunicaciones a todo el país durante varias horas. El regidor tenía que viajar a Bruselas a una reunión de trabajo. Para ello, viajó a Santiago para coger un avión a Madrid y desde allí volar a la capital belga.
El apagó le sorprendió dentro de la aeronave, cuando la compañía aérea informó por megafonía de la imposibilidad de despegar debido al colapso en el aeropuerto madrileño.
«Estábamos todos sentados y nos comunicaron que teníamos que permanecer dos horas en el avión porque Barajas estaba bloqueado», relata Pérez. Aunque en un primer momento, asegura, se ofreció a los pasajeros la opción de abandonar el avión, posteriormente se aclaró que quienes optaran por salir no podrían volver a embarcar.
El apagón, continúa relatando el alcalde, ha provocado un caos en el aeropuerto y en la capital del país, con semáforos apagados y el metro suspendido, lo que ha disuadido a algunos viajeros con salida desde Santiago, de continuar su trayecto. La situación es especialmente complicada para los pasajeros en tránsito, con conexiones a Europa y América.
Mientras tanto, en Barajas, comenta Pérez, solo estaban aterrizando los vuelos que estaban en el aire y la operativa de desembarque también se ha visto afectada: «Como las escaleras eléctricas no funcionan, están usando escaleras mecánicas antiguas para desalojar a la gente», explica el alcalde. A pesar de la situación, Pérez destaca la calma entre los pasajeros: «Nos han dado agua y cada media hora nos informan de las novedades».
Hace algo más de una hora, Xosé Miguel Pérez informaba de que finalmente había logrado llegar a Madrid, pero una vez allí, le informaron de que no podían seguir hasta Bruselas. La única solución que le ofrecen es esperar a alguna conexión. Este es solo uno de los miles de casos que personas a las que el apagón les ha sorprendido en aviones o trenes, que también se han visto afectados.
