El puente de A Cigarrosa: un lugar estratégico para la comunicación del Imperio Romano
El puente de A Cigarrosa, de origen romano, se alza como un testigo del tiempo uniendo los concellos de A Rúa y Petín al cruzar las aguas del río Sil. Esta emblemática estructura, que nos conduce a paisajes llenos de encanto, se convierte en el protagonista central de esta historia, donde su legado y significado cobran vida a través del relato.
Construido durante el reinado de los emperadores Tito y Domiciano, del puente original solo se conservan el cuarto pilar intacto y cinco hiladas de sillares en el segundo, vestigios de una estructura que sufrió importantes derrumbes a lo largo de los siglos XVI y XVII.
Esta obra formaba parte de la histórica Vía Nova, una ruta clave que unía Astorga con Braga, facilitando el comercio y transporte del oro extraído en la mina de Las Médulas, en León. A simple vista, destaca la notable asimetría del puente, con cinco arcos de tamaños y formas desiguales, así como pilares que también varían en proporción. Es un reflejo de su evolución a través del tiempo
Su silueta se erige, majestuosa, sobre el abundante caudal del río Sil, para recordar las hazañas de quienes habitaron el lugar para hablarnos de Forum Cigurorum, el asentamiento más antiguo de la comarca, según algunos historiadores.
La historia cuenta que en la zona donde actualmente se encuentra el puente de A Cigarrosa, se establecieron los guigurros, una tribu astur que dominó esta área durante siglos. De hecho, de este pasado astur es de dónde deriva el nombre de la construcción. En este mismo puente se encuentra un miliario aparecido en el concello hace dos años. Es el primer miliario con inscripción encontrado en la comarca de Valdeorras y perteneciente a la Vía Nova.
El pasado romano de la comarca cobra vida cada agosto con la celebración de la Bacofesta en A Rúa, una fiesta dedicada a exaltar los vinos de Valdeorras, rindiendo homenaje al dios romano del vino y la viticultura, Baco. Este evento, un verdadero tributo a las raíces vinícolas de la zona, invita a los asistentes a degustar los excelentes vinos locales.
El histórico puente de A Cigarrosa adquiere un papel destacado siendo punto de partida de la comitiva, que lleva consigo una singular pieza de la época romana: una réplica del emblemático Disco de Teodosio, entregada en su día por el Ayuntamiento de Almendralejo, municipio hermanado con A Rúa.
Con el disco en manos de quienes ocupan la alcaldía de ambos municipios, se da inicio a esta fiesta romano-gastronómica que se extiende a lo largo de varias jornadas, combinando tradición, historia y el placer del buen vino en una experiencia inolvidable.
Los gigurros, al igual que otras tribus astures, vivían en castros estratégicamente ubicados, de los cuales aún se preservan algunos vestigios. Con la llegada de los romanos a la Península, este asentamiento experimentó algunas modificaciones.
Cabe señalar que en A Rúa se encontraron los llamados Mosaicos da Cigarrosa, de época romana y que se conservan en el Museo Provincial. Estos mosaicos parecen corresponder a una estructura del tipo termal, del fin del siglo III hasta principios del IV, unos recintos rectangulares con una escalera y recubiertos de un mosaico ajedrezado.
El hallazgo de una significativa lápida romana del siglo II en las cercanías del viaducto de A Cigarrosa es un testimonio vivo de su historia. En 1680, esta pieza fue trasladada a la parroquia vecina de San Estevo. Posteriormente, se ubicó en la fachada de una vivienda del municipio. Lugar donde se le ofrece protección para evitar daños.
Además, de ser un punto estratégico para el Imperio Romano, también jugó un papel importante en la guerra de la Independencia. El puente de A Cigarrosa fue el escenario del levantamiento contra las tropas napoleónicas en la zona, donde cabe destacar el valiente papel desempeñado por las mujeres del pueblo.
Los hechos ocurrieron a principios de junio de 1809, mientras las tropas del mariscal Soult se retiraban de Galicia atravesando Valdeorras. Durante 12 días, los soldados se asentaron en los alrededores de Petín y Larouco, imponiendo una represión feroz sobre los habitantes de la comarca. Pero los lugareños decidieron no ceder más. En Petín, en particular, se narra cómo las mujeres, armadas con cuchillos, se enfrentaron a los soldados franceses, atacándolos sin tregua.
Para conmemorar la expulsión de los franceses de estas tierras, Petín celebra cada año la Feria de 1812 donde también se recuerda la Constitución de las Cortes de Cádiz. Es una fiesta en la que la localidad retrocede al siglo XIX con recreaciones francesas, vecinos vestidos de época y donde las calles de la parte antigua se llenan de puestos de artesanos de la zona. No falta la música, la gastronomía típica y los prestigiosos vinos de godello y mencía. Habitualmente la fecha elegida es a mediados de junio.
Aprovechando esta visita...
Dejamos atrás el puente, cargado de historia, para sumergirnos en un entorno que ofrece paz, naturaleza y una experiencia única. Aguas arriba del puente de A Cigarrosa, el Sil se ensancha y el embalse de San Martiño se convierte en un lago pintoresco rodeado por los malecones de los dos municipios. Desde uno u otro lado se pueden disfrutar vistas verdaderamente espectaculares. Especialmente al caer la noche, cuando las luces de A Rúa y Petín se reflejan en sus tranquilas aguas, creando un espectáculo visual que deja sin palabras. Un verdadero deleite para los sentidos.
El malecón de Petín, recientemente inaugurado, invita a recorrer un paraje único junto al río Sil. Desde su inicio, cerca del histórico puente, el paseo revela estructuras que formaron parte del pasado, como la antigua fábrica de luz, que también fue molino de harina. Desde la zona de Tras do Penedo, se abre a vistas impresionantes que muestran A Rúa en todo su esplendor, incluso se divisa al fondo Vilamartín. Enfrente los pueblos de Santa María, Mones, Sanpayo y Outeiro, salpican la montaña que se mira en el embalse.
El de A Rúa nos permite casi tocar con la mano «las islas» —entramado de terreno donde crece la vegetación—, un espacio protegido donde el Sil se bifurcaba —antes de ser embalsado en los años 50— regando los dos concellos y entre ellos un auténtico vergel donde se cultivaba una gran huerta llamada O Oreal y que se tragó el agua.
El vasto humedal localizado entre los dos municipios cuenta con este bosque de ribera de especial importancia y valor ecológico. Un lugar de interés sobre todo desde el punto de vista ornitológico. En él han encontrado un lugar perfecto para anidar numerosas especies de aves —se han catalogado hasta 600 especies—. No es difícil ver cigüeñas, patos, garzas reales o cormoranes, mientras das un placentero paseo por el malecón rués.
La zona de O Aguillón cuenta con espacios para el ocio y el deporte. Allí se celebran eventos como la Bacofesta, y se encuentran instalaciones como piscinas y áreas para fútbol, tenis, golf y baloncesto. Este rincón, donde la naturaleza y la diversión se entrelazan, brinda momentos inolvidables, invitando a perderse en paseos llenos de tranquilidad y belleza.
Puente de la Cigarrosa y su entorno en vídeos: