Petín y sus bares, lugares «gratos para conversar»
Como dice la canción de Gabinete Caligari que por cierto tanto cantamos los de mi generación: «Los bares, que lugares/tan gratos para conversar », y es que en Petín gusta ir a los bares y gusta conversar, es por ello que hay ni mas ni menos que 5 en la capitalidad del municipio que tiene 650 habitantes.
Tres de ellos están en la Plaza del Dr. José Quiroga Suarez, hijo predilecto de la provincia —médico y político, fue el segundo presidente de la Xunta de Galicia preautonómica bajo cuyo mandato se aprobó el Estatuto de Autonomía de Galicia de 1981— , los otros dos a escasos metros de ella.
Unos se orientan al norte y otros al sur. Según te apetezca el solito, sobre todo en invierno o la sombra si se trata de las calurosas tardes o noches de verano —aunque hay que significar que es una plaza donde casi siempre corre el fresco— escoges unos u otros. Vamos hacer un recorrido por todos ellos.
Vayas a donde vayas tienes que pasar por este centro neurálgico para la sociedad petinesa y claro la parada es casi obligada.
Bar Coxita
Es el primero que te encuentras a la izquierda nada más entrar en la plaza, está regentado por Ana. Acompaña la consumición con ricos pinchos, además los sábados tienes la posibilidad de tomarte un buen pulpo «a feira», en el puesto que se pone a la puerta del establecimiento.
Este bar pertenecía a Benita, «Benita la Parlana», porque en Petín, al igual que en la mayoría de los pueblos, todos tienen su «mote» o sobrenombre. Luego pasó a manos de su sobrina Tere y de su hermano Darío «Collollo» que fueron los que le pusieron «Coxita».
Es el lugar ideal para ver un partido del Real Madrid, se tiñe de blanco en cada encuentro televisado, sobre todo si el rival es el equipo blaugrana del que son hinchas los del bar de enfrente, El Pitón. Los goles de uno y otro equipo se celebran en la plaza para «chinchar» al eterno rival.
Bar Pitón
David es el que lleva este bar ayudado por su madre, Merce. Para tomar un café o un vino a medida que avanza el día junto a una conversación, es lo tal. Aquí se celebran conciertos en directo ya que tanto David como su padre Mingos son muy aficionados a la música —destacar que Mingos fue miembro de los Ovnis Jars, grupo musical de la localidad de los años 60—.
Antes de dedicar el local a la venta de bebidas era una carnicería, fue Amancio el que la abrió y el que luego lo convertiría en bar. En el almacén se jugaba a las chapas en Semana Santa y luego se hizo una especie de Pub con sillones vintage, ahora es una zona de juegos y celebración de cumpleaños para los más pequeños.
En la época de Amancio había dos terrazas, la de la plaza y la situada entre dos edificios cuya entrada estaba presidida por una enorme adelfa. Era más estrecho y cuando la noche estaba bien entrada y pedías que te pusieran otra consumición en el vaso no era raro escuchar, «pono tu!». Y te lo ponías, y si querías pagabas y si no, no. ¡Que tempos!
En estas fiestas el bar lo atiende Brais y su hermano, es frecuente que en las fiestas los hosteleros descansen y tomen otros el relevo.
Bar 4 Caminos
Detrás de la barra está Ludi, que además de ponerte una consumición también te sella una Primitiva, una Bonoloto o cualquier apuesta del Estado. Su billar es perfecto para hacer más cortas las tardes de invierno y la terraza de atrás para tomarte algo a la sombra de la frondosa higuera.
No siempre se llamó así, antes era el Bar Perla, lo pusieron en marcha Rodolfo y Jovita y además de ser el lugar perfecto para jugar la partida también lo era para tomarte una tapa de champiñones de callos o de tortilla, todo estaba riquísimo.
Después lo cogió Lisardo, «el Pesetiña» y más tardé cuando se casó, Julia era quién atendía a la clientela. Ella hacía las mañanas y él las tardes y las noches. En la fachada estaba el escudo de Petín con una gran perla en el interior y debajo la inscripción «Petín, la perla del Sil».
Bar Doble 00
Este lo abrió Alejandro, el yerno de la Sarita, ahora es Yoli quién esta detrás del negocio. A ella le gusta la música y es por ello que frecuentemente se ofrecen conciertos tanto dentro como fuera. Sin ir más lejos durante estás fiestas son numerosos los DJs que se han pasado por el local.
Además de escuchar música en directo puedes tomarte una pizza hecha de manera artesanal en el horno de Petín o unos pepitos. Su terraza cerrada y sombreada de manera natural por una serpenteante enredadera la hace única.
Chiringuito Petín
Este año el bar de las piscinas se lo han vuelto adjudicar a Greis, con lo cual la zona del «Poblado» vuelve a tener Chiringuito Petín, al ser un bar municipal sale a concurso año tras año. Tiene unas preciosas vistas al pantano de San Martiño y a la montaña desde donde se ve la iglesia de Santa María, Mones o Sampayo.
Ideal para tomarte una bebida refrescante después de darte un chapuzón en la piscina o picotear algo cuando cae la noche y el fresco que viene del pantano atenúa los calores estivales.
Petín siempre fue lugar de bares, viene a mi memoria el de Bujía, donde era cita obligada en fiestas como la del Santiago para tomar el licor café; el Central donde se hacía el baile de San Antonio y que atendía Evaristo y su mujer Avelina; el de Benita y La Perla, de los que ya hemos hablado; el de la señora Dora, en el Puente y el del Hernán, en el Sobredo que además era casa de comidas —el futbolín en la puerta de entrada debajo del emparrado, sus mesas de hierro y mármol y la lareira para calentar los pies eran algunos de los recuerdos que aún retiene mi memoria—.
Otros que ya se quedan un poco desvanecidos en la memoria eran el de la «Tía Angustias», la del Liebre, o el de la Andaluza con ta solo una estrecha casa entre el uno y el otro.
No sé si algunos datos serán los correctos, pero son los que mi memoria ha querido mostrar, en todo caso son recuerdos de un pasado lejano en el que los bares de Petín igual que en el presente son «gratos para conversar».