O Bolo celebró con entusiasmo su tradicional evento "Festa da vitela", que ya va por su XV edición, demostrando así la importancia que tiene esta festividad en el concello. Este año, la celebración fue aún más especial, ya que incluyó un emotivo homenaje al doctor Sebastián Ricoy Otero, un médico que dedicó toda su vida a cuidar de la salud de los habitantes de O Bolo y también de Manzaneda. El acto tuvo lugar en su casa natal en As Ermidas, en un ambiente sencillo pero lleno de cariño y reconocimiento.
Durante la ceremonia, se descubrió una placa en un muro de su casa en agradecimiento por su incansable trabajo y dedicación. A la ceremonia acudieron miembros de la corporación municipal de O Bolo, como el alcalde Alberto Vázquez, así como representantes de otras localidades, como Amable Fernández, alcalde de Manzaneda, y Eladio Santos, subdelegado del Gobierno de Ourense. También estuvieron presentes vecinos, familiares y, por supuesto, su hijo José Ramón Ricoy, quien expresó su gratitud por el acto y dirigió unas palabras al público con gran emoción. En su discurso, recordó con orgullo la vida y la carrera de su padre, quien fue licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela, graduado el 11 de junio de 1932, en plena República
José Ramón destacó que su padre ejerció la medicina de manera ininterrumpida desde entonces, atendiendo en O Bolo y en parte de Manzaneda. Su dedicación fue tan profunda que atravesó diferentes períodos históricos, desde la República, pasando por la Guerra Civil, la dictadura y la democracia actual. Recordó que su padre se licenciaba y ejercía en tiempos difíciles, siempre entregado en cuerpo y alma a su profesión, con un horario de 24 horas. Era común que durante la noche recibiera a pacientes o familiares que pedían consejo, ya que los medios de transporte en aquella época eran escasos y lentos, lo que hacía que la atención médica fuera aún más comprometida y cercana.

Tras el homenaje, la programación continuó en O Bolo con actividades para todos. Desde las 11:00 hasta las 14:00 horas, se instaló una feria de productos artesanales delante del pabellón polideportivo, con 15 puestos que ofrecían artesanía, vino, licores, dulces, miel, bicas, quesos y otros productos típicos. A las 14:00 horas, se abrieron las puertas del pabellón para dar paso a la tradicional comida, que consistió en sopa, vitela con chorizos y patatas con garbanzos, además de postres y café. La fiesta gastronómica reunió a cerca de 700 personas, demostrando la gran acogida que tiene esta celebración.

Entre los asistentes destacados estuvieron Xosé Luis Merelles, director de Turismo de Galicia, así como Enrique Álvarez, alcalde de Vilamartín, y Juan Anta, alcalde de A Veiga, quienes compartieron este momento especial con todos los presentes. Sin duda, esta fiesta no solo es una oportunidad para disfrutar de buena comida y productos artesanales, sino también para honrar la memoria de quienes han dejado una huella profunda en la historia y el corazón de O Bolo.