Como tantas otras construcciones en la comarca de Valdeorras, las iglesias de Nosa Señora da Asunción de Barrio y Castelo, en el Concello de Rubiá, y la de San Martiño, en el núcleo barquense de Alixo sufrieron las llamas durante el incendio que el verano de 2022 asolo Valdeorras.
Ahora, debido a un convenio entre la Consellería de Cultura, Educación, Formación Profesional e Universidad y la Diócesis de Astorga, gracias a la intermediación del Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) Valdeorras, la primera invertirá un total de 162.000 euros en la rehabilitación de ambas seos.
Las aportaciones se realizarán en dos anualidades. Así, se han presupuestado 130.000 euros para la iglesia de Rubiá y el resto para la barquense. Cabe recordar que para los vecinos de Rubiá, el fuego fue especialmente virulento debido a que ellos mismos habían costeado la rehabilitación de la iglesia. Solo se salvo de las llamas la patrona, que estaba en otra capilla.
Cabe recordar que este incendio forestal es el de mayor envergadura que ha sufrido la provincia de Ourense desde que existen registros. En total, 10.500 hectáreas, originados por una tormenta seca en varias zonas de montaña. Ese jueves 14, en la comarca valdeorresa se registraron más de 6.000 rayos en unas pocas horas. Tres días más tarde, el domingo 17 de julio, un viento cambiante y agitado descontroló las llamas y que fue una pesadilla para los vecinos.
El frente que había comenzado en Carballeda de Valdeorras se propagó a los municipios de O Barco y de Rubiá arrasando con el monte y obligando a desalojar varias parroquias. Un incendio que puso de manifiesto el abandono del rural y la acumulación de combustible forestal que favorecen los incendios de sexta generación que cada verano asolan el rural. Desde Medio Rural afirman que serán necesarios entre dos y tres años para conseguir esa regeneración de los montes.