

La mejora en la comunicación por tren en la comarca de Valdeorras es una reivindicación de los vecinos que se lleva prolongando durante años. Y es que, de poco parecen servir las constantes protestas y recogida de firmas que piden un tren digno.
Trenes que llegan con retraso, estaciones que no tienen paneles informativos, y por supuesto, falta de personal en las estaciones.
Esta última circunstancia, la del personal, es lo que intentará mejorar. La pasada semana el Consejo de Administración de Renfe aprobaba la licitación del servicio de atención remota en estaciones para O Barco de Valdeorras y A Rúa- Petín.
El contrato que se licitará asume que la empresa adjudicataria deberá proporcionar los equipos terminales, su instalación, así como el personal de «contact center» que tendrá que atender a los viajeros. La idea pasa por «prestar un servicio personalizado de atención, información y venta remota al cliente en las estaciones».
La medida, tampoco ha contentado a los usuarios. «Llevan años recortando el servicio, que cada vez es peor», señala María Fernández. «Que quieran arreglar un poco esto con un servicio en remoto que no se sabe cuándo va a empezar, ni si funcionará bien… a mí no me vale. Yo necesito gente a la que le vea la cara».
El pensar del resto de los usuarios que en ese momento se congregaban en el andén, a la espera de la llegada del tren, era similar. Las nuevas medidas anunciadas no han conseguido calmar los nervios.
Un malestar que también estaba presente la semana anterior cuando uno de los trenes llegaba, de nuevo, con retraso. «Estoy esperando por mi hija que viene de La Coruña y que ya salió a las ocho de la mañana», explicaba una de las vecinas en la estación de O Barco. «Me dice que viene por La Rúa. El tren lleva ya más de veinte minutos de retraso».
Como queriendo corroborar esta historia, una voz anunciaba por megafonía las paradas del Alvia y el retraso acumulado de 28 minutos. Casi media hora.

«La frecuencia de trenes es escasa y encima, es raro el día que no llega con retraso», explica otra usuaria. «Yo vivo en Valencia y vengo aquí cuatro o cinco veces al año. Para venir en tren no tengo problema, pero para ir tengo que dar rodeos porque sé que el tren que pasa por Barco siempre va con retraso y, a la hora de hacer transbordos, los otros trenes no esperan por ti».
La falta de personal en la estación ferroviaria también supone un problema más a añadir. «La gente mayor no suele entender el funcionamiento de las máquinas y les supone un quebradero de cabeza sacar bien el billete, por lo que muchos deciden comprarlo dentro del propio tren. Además, tampoco hay información a la vista sobre los horarios y frecuencias de los trenes».
El descontento entre los usuarios, que llevan años aquejando la falta de compromiso de la administración con la zona, está patente en cada una de las conversaciones. La nueva medida, que pondrá en marcha Renfe, ha provocado bastante incertidumbre sobre «el cómo funcionará y el cuándo»
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