Los ladrones volvieron a actuar en O Barco, dejando una vez más, más daños que botín. En esta ocasión, el objetivo fue la iglesia de Viloira. El acceso al edificio se produjo rompiendo los barrotes metálicos y el cristal de una ventana, una acción que dejó más daños materiales que beneficios para el autor.
Una vez en el interior del templo, se dirigió al lamparario, donde recogió las monedas dejadas por los fieles, sin dañar siquiera la cerradura. Según estimaciones del párroco Javier Calvo, el valor sustraído supera escasamente los 20 euros.
El suceso ocurrió la madrugada del jueves al viernes. El ladrón logró escapar por una calle trasera tras forzar el cierre de una cancilla metálica. Antes de huir, había abierto desde dentro una puerta secundaria de la iglesia de Viloira, por la que salió sin ser visto. Los primeros en llegar al lugar fueron efectivos de la Policía Local, que iniciaron las diligencias pertinentes.
Sonia Sarria, encargada de la iglesia, relató lo sucedido: «Fuimos a limpiar el jueves el jardín un grupo de mujeres. El viernes me llamó don Javier para decirme que quedara la puerta de atrás abierta y yo le respondí que: “no puede ser”. Me dijo si podía ir hasta allí, y eso hice».
Al inspeccionar el interior, observaron que el lamparario estaba abierto, aunque no forzado, lo que llamó su atención: «O primeiro que nos chamou a atención foi que o lamparario estaba aberto, onde se bota o diñeiro. Logo ocorréusenos mirar na caixa de San Antonio e os cartos que había tampouco estaban. Uns 10 euros que atopamos no xardín limpando tamén e que lle demos ao San Antonio tamén desapareceron. En total, calculamos que levaron entre 20 e 25 euros».
La encargada explicó que cada domingo se recogen las ofrendas tras la misa, pero dado que el sacerdote solo puede oficiar los miércoles y viernes —salvo en caso de funerales—, no había grandes cantidades de dinero en el templo.
«Marchamos mirar se faltaban copóns, cálices ou algo de valor, pero non botamos nada en falta. Só fixeron destrozos: romperon uns barrotes pola parte de atrás, preto da caldeira da calefacción, que foi por onde entraron. Tiveron que ser moi delgados, porque o espazo é mínimo».
Para reparar la ventana por donde entró el ladrón tuvieron que desmontar parte del sistema de calefacción.«Para volver arranxar a ventana, poñerlle unhas táboas... tivemos que quitar os tubos da caldeira. Menos mal que non levaron cousas de valor», concluyó Sarria.
Continúa con la investigación, aunque por el momento no hay detenidos. Las autoridades piden colaboración ciudadana para esclarecer lo ocurrido.
