Desde las rías gallegas hasta la industria deportiva, las conchas de mejillón están encontrando un nuevo propósito que combina innovación y sostenibilidad. Galicia produce anualmente unas 270.000 toneladas de mejillones, generando cerca de 90.000 toneladas de conchas como residuo, según datos de 2022. Este material, en su mayoría compuesto por carbonato cálcico, representa un desafío ambiental, pero también una oportunidad única para la economía circular.
La empresa NewMind Innovation con sede en O Barco, ha sabido transformar este residuo en un recurso valioso. Su proyecto, finalista en los premios Bioga, utiliza las conchas de mejillón para mejorar la resistencia de bioplásticos destinados, entre otros usos, a productos deportivos. «La producción de plásticos es uno de los mayores problemas ambientales actuales», explica Diego Vázquez, cofundador de NewMind Innovation . «Con este enfoque, no solo reducimos residuos, sino que dotamos a los bioplásticos de la estructura y resistencia necesarias para ser competitivos».
Una solución doble para los residuos
El proceso desarrollado por NewMind Innovation aprovecha el carbonato cálcico del 98% de las conchas de mejillón como elemento de refuerzo en la fabricación de bioplásticos. Este método no solo disminuye la dependencia de plásticos tradicionales más contaminantes, sino que también da una segunda vida a un residuo altamente problemático en Galicia. «Reciclamos un producto y eliminamos residuos del medioambiente, abordando dos problemas en uno», afirma Vázquez.
No es la primera vez que NewMind Innovation apuesta por la economía circular. En 2021, la empresa recibió el premio Mares Circulares por un proyecto similar, aunque más generalista. Con esta nueva propuesta, han dado un paso más al enfocarse en aplicaciones específicas, como el ámbito deportivo, donde los materiales deben cumplir exigentes requisitos de resistencia.
Además de trabajar con biomateriales, la empresa también refuerza plásticos reciclados. «Los plásticos reciclados a menudo carecen de estructura suficiente, y aquí es donde el carbonato cálcico de las conchas marca la diferencia», añade Vázquez.
Ser finalista en los premios Bioga es un reconocimiento a la labor de NewMind Innovation y al potencial de Galicia como referente en innovación sostenible. «Nos llena de orgullo ver cómo la región apuesta cada vez más por proyectos que combinan sostenibilidad e innovación», comenta Vázquez. El fallo del jurado se conocerá el próximo 24 de enero.
