El 11 de septiembre de 2024 quedó grabado como uno de los días más difíciles para el Casino de O Barco. Un incendio inesperado arrasó el tejado y la tercera planta de su histórica sede, obligando a suspender todas las actividades programadas y poniendo a prueba a su directiva y a sus socios. Sin embargo, este año no solo ha sido el de las llamas, sino también el de la resistencia, el esfuerzo colectivo y la esperanza de un 2025 cargado de proyectos.
«Estábamos cumpliendo el programa de 2024 con normalidad hasta el día del incendio», recuerda Pablo Dobao, presidente del Casino, en una entrevista con Somos Comarca. La tragedia paralizó la actividad del centro, pero no por mucho tiempo: apenas mes y medio después, la cafetería reabrió sus puertas, convirtiéndose en un símbolo del empeño por seguir adelante. Incluso habilitaron la cafetería para acoger varios actos culturales, como la presentación del libro de María Luisa Valcarce.
Un edificio dañado, pero seguro
Las consecuencias del incendio fueron devastadoras: además de los daños causados por el fuego, la estructura sufrió el impacto del agua utilizada por los bomberos y las lluvias torrenciales que se desataron poco después. «Lo primero fue garantizar la seguridad de los socios y de las personas que pasan por el edificio», explica el presidente. Esto implicó instalar lonas, apuntalar la estructura y realizar trabajos urgentes para evitar desprendimientos.
Mientras tanto, los técnicos trabajaban en el proyecto de reconstrucción, que incluye no solo reparar el tejado y la tercera planta, sino también mejoras como la instalación de una salida de emergencia adaptada a la normativa. «Estamos aprovechando para hacer las cosas bien y no tener que intervenir más adelante», detalla Dobao, quien también adelantó que se habilitará una terraza en la última planta con vistas al Malecón, una propuesta que promete convertirse en un atractivo adicional para el Casino.
Previsión 2025: recuperar la normalidad
Con el proyecto de obras a punto de ser presentado en el Concello, el objetivo principal para 2025 es claro: retomar la actividad habitual y volver a ser el epicentro cultural y social de O Barco. «Haremos los actos habituales, una copa en fin de año, después de las uvas; chocolate el día de Reyes, el Carnaval o la Feria de Abril», señala Dobao. En este sentido, confía en que para abril ya se pueda usar esa planta. Además, las presentaciones de libros, conferencias y actos culturales seguirán teniendo su espacio, aunque sea con limitaciones.
A pesar de las dificultades, el incendio ha sacado lo mejor de los socios del Casino. «Ya somos cerca de 385 socios. Desde septiembre hemos sumado 25 o 30 nuevos, muchos de ellos animados por la necesidad de colaborar en estos momentos complicados», destaca el presidente. Por ahora, no se prevé una campaña de captación, ya que la respuesta ha sido excepcional.
Un esfuerzo desinteresado
La directiva del Casino trabaja de forma altruista, compaginando esta labor con sus negocios y responsabilidades personales. «Gestionar una sociedad ya es complicado, pero con un problema como este, el trabajo se multiplica por cinco», reconoce Dobao, quien, junto con su equipo, no ha dejado de buscar soluciones para garantizar el futuro del Casino.
Con la mirada puesta en 2025, la institución se prepara para un año de reconstrucción y esperanza. El objetivo es claro: superar este desafío y convertirlo en una oportunidad para que el Casino de O Barco resurja más fuerte que nunca, con una sede renovada y lista para seguir siendo un referente cultural y social en Valdeorras.
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