jueves. 28.03.2024

La villa barquense cuenta con varias ofertas para pasar un fresco verano

Cuando hablamos de verano lo primero que nos viene a la mente es el agua del río, la sombrilla, los juegos en la orilla, los helados e incluso, a los que ya pasamos la treintena; las dos horas de espera tras la comida para volver a chapotear al fresco.

Veranos de siempre, veranos en lo que el disfrute es la única preocupación y a los que tenemos acceso en O Barco de Valdeorras; donde el paseo del Malecón da paso al disfrute máximo a orillas del Sil. La Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia es la encargada del control de las aguas en esta piscina fluvial y calificó la de O Barco de apta para el baño.

Pero esta zona en el centro de la villa no es la única donde disfrutar de la naturaleza; O Cachón, la zona de baño cercana a las conocidas como Casas Baratas es una magnifica isla en la que disfrutar del río Sil y de las beldades del verano.

No muy lejos de ésta se ubica la Playa de las Cortes, un espacio con arena donde disfrutar del rey sol y al que se une la Playa del Oro. Lugares todos ellos fascinantes donde la naturaleza se ha hecho grande y permite el disfrute de los bañistas.

Piscina municipal al aire libre

Además del río, si visita O Barco también se puede disfrutar de las instalaciones de su piscina al aire libre, situada al final del Malecón. Eso sí, en ésta es obligatorio utilizar gel hidroalcohólico, así mismo los socorristas de las instalaciones dan a todos los bañistas las nuevas instrucciones de uso de las mismas, que principalmente son el uso correcto de las medidas de higiene como por ejemplo la utilización de mascarilla. Además, las instalaciones ofrecen dos vasos; uno grande y otro destinado a los más pequeños así como zona de césped y vestuarios.

Historia barquense

Y es que la historia de O Barco de Valdeorras siempre ha estado íntimamente ligada al agua y al río. De hecho, no se puede dejar de pasear por el Casco Vello de la villa, pegado al discurrir del río; por el camino real hasta la Plaza Mayor donde antiguamente estaba el barco para cruzar las aguas del Sil hasta Viloira: un lugar mágico en el que conocer su plaza, rodeada de árboles junto a la que se encuentra la conocida como Casa Grande de Viloira, que data de 1637. En sus bucólicos jardines, refrescados con fuentes, se inspiraba Elena Quiroga para escribir sus obras como La soledad sonora. Una curiosidad es que actualmente junto al río, se encuentran unas columnas y un portalón que son los restos de su propio embarcadero.

Plaza de Viloira

Y es que O Barco no contaba con puente que uniera la localidad con Viloira, hasta que en el año 1868 comenzó a construirse el Puente de San Fernando del que en la actualidad solo queda en pie un pilar convertido en mirador, después de que una riada se lo llevará en 1959.

Actualmente, tres pasarelas comunican ambas partes pero esa antigua barca es el verdadero origen de O Barco que comunicaba las poblaciones a lo largo de la Vía Nova. Con el continuo tráfico de personas y mercancías por toda la Rúa Real se fueron edificando casas. Esto dio como resultado el asentamiento de la población de O Barco de Viloira.

Todavía las construcciones palaciegas recuerdan aquellos tiempos, así como la plaza de San Mauro con el nombre del patrón de O Barco. Cabe destacar en dicho lugar el edificio del Casino con el color rojo de su fachada y toques modernistas. Y en una de sus esquinas la Iglesia de San Mauro . El paseo no puede finalizar sin contemplar las pintorescas casas colgadas sobre el río Sil, que dan a la calle Real y a San Roque.

Plaza de San Mauro, O Barco

 O Castro

Cuando el sol caiga, la mejor manera de finalizar el día en O Barco es acudiendo a O Castro, cuyo nombre ya deja ver su origen romano. Esta zona, declarada Bien de Interés Cultural, acoge una fortaleza de la que quedan una torre así como parte del muro, sobre el que se apoya una Casa Grande con galerías y arcos. Al lado se encuentra la iglesia, del siglo XVIII.

En O Castro se encuentra también el Pazo de los Flórez, construido en 1630, tiene una fachada muy llamativa. El edificio es ahora un hotel, y tiene una capilla a la que se accede por dos puertas. En una de sus construcciones auxiliares hay un museo de carruajes antiguos.

Pazo do Castro

Xagoaza

La caminata es muy agradable desde O Barco hasta Xagoaza, donde se encuentra un interesante Monasterio rodeado de grandes espacios verdes. La Iglesia de San Miguel es de origen románico (siglos XII y XIII). De este estilo se conserva, en muy buen estado, el ábside semicircular, la nave central tiene una cubierta a dos aguas, con un artesonado de madera interior, y pinturas de estilo manierista.

Para acabar el paseo, lo mejor es acercarse a la Pincheira da Fervenza, con una belleza casi salvaje. Se trata de una cascada de 25 metros situada a pocos metros de la población de Fervenza, es uno de los parajes de mayor interés paisajístico del municipio de O Barco.

Sin duda, un maravilloso sitio para pasar el verano; fresco y agradable con maravillosas vistas constructivas y naturales.

Fresco y cultural verano en O Barco