Alfonso Rodríguez nos recibe en su vivienda, situada en el barrio de San Roque de O Barco. El piso se encuentra en uno de los bloques conocidos como casas baratas. Nos abre la puerta con una mezcla de impotencia, cansancio y resignación. Desde el rellano, la escena ya resulta impactante: muebles rotos, sillas desvencijadas, cristales y espejos hechos añicos cubren el suelo de la estancia, crujiendo bajo nuestros pasos.
Mientras nos muestra el estado en el que ha quedado la casa, nos relata su historia. Hace aproximadamente un año decidió reformar la vivienda para alquilarla. Cambió suelos y puertas, renovó la cocina y compró algunos muebles y electrodomésticos, incluida una televisión que, según asegura, le costó 600 euros. En marzo, tras recibir los 250 euros correspondientes a la fianza y el primer mes de alquiler, entregó las llaves a una mujer que, luego, le dijo que el piso era para su hija y su pareja. Los problemas no tardaron en llegar. No pagaron la mensualidad de abril... ni las siguientes. Después de 10 meses sin recibir el importe del alquiler, Alfonso decidió denunciarlos para recuperar su casa.
Los inquilinos morosos abandonaron la vivienda antes de que la justicia llamara a su puerta, pero no sin antes asegurarse de dejarla inhabitable. Los muebles y armarios de los tres dormitorios están rotos o desmontados, sin puertas ni cajones, incluso falta el colchón de una de las camas. Ropa tirada por toda la casa. El espejo del baño está partido, los grifos desmontados y, en la entrada del baño, hay restos de comida de gato y excrementos.
Alfonso está convencido de que fue un acto de venganza. «Como los denuncié, decidieron vengarse e incluso intentaron prender fuego a la casa», nos explica mientras señala los restos de ropa quemada en el salón. «Cuando llegué, habían colocado una silla en el centro para que todo ardiera, pero, por suerte, no llegó a prender», comenta con cierto alivio.
Ahora deberá enfrentarse a la tarea de limpiar y reparar todos los daños, aunque no puede evitar preguntarse: «¿Quién me paga a mí esto?». Ha denunciado nuevamente a sus inquilinos, ahora por los daños causados. Solo espera que la justicia actúe y que esta pareja reciba el castigo que merecen por dejar la vivienda completamente destrozada.
