
Julio Barreiro, presidente de la Asociación Arela da a conocer los dos centros de acogida para menores con los que cuenta en Valdeorras
La Asociación Arela trabaja, desde hace años, por el bienestar de los más pequeños. Menores de edad cuyas familias no les pueden atender o han sufrido situaciones criticas y son atendidos por la Xunta de Galicia a través de estos centros.
La asociación cuenta con dos centros en O Barco. Uno es una Casa de Familia, un piso donde viven en atención residencial hasta ocho niños o adolescentes y que están bajo la tutela de la Xunta de Galicia. “Nosotros trabajamos por el derecho de vivir en familia, para que puedan volver con su familia, salgan en procesos de adopción o enfocándonos a una vida autónoma. Tenemos ahora algún caso de adolescentes mayor de edad que está en situación de prórroga por tema de estudios”, ha explicado Julio Barreiro presidente de la asociación. Actualmente, este centro barquense acoge siete adolescentes.
Por otra parte, en O Barco también disponen de un Centro de Día donde hay 12 niños y adolescentes. La edad del Centro de día es menor pero son niños que necesitan apoyo en sus casas. “El objetivo es que puedan recuperar su convivencia familiar de manera estable y sin problemas”, destaca Barreiro quien añade que la procedencia de los menores suele ser la propia comarca.
“Son dos centros que ya tienen mucha trayectoria. Tenemos un convenio con el concello de O Barco que nos ayuda al mantenimiento de los servicios. Y ahora firmamos un convenio con la Fundación Iberdrola para poder tener más personal y trabajar también en ocio y tiempo libre adaptándonos a este momento de pandemia”, ha explicado.
Además, la casa familia da trabajo a ocho personas mientras que el centro de día cuenta con cinco profesionales.
“Es la Xunta quien deriva a todos los menores ya sea para situación acogida o apoyo en los centros de día. El mayor problema que han vivido son abusos, abandonos, negligencias y también hay dificultades de conducta”, detalla.
El Covid ha sido también un lastre para ellos. “En las casa de familia los niños ya tienen una mochila importante y esto se une a las restricciones. La verdad que se adaptaron y facilitaron que la convivencia puede llevarse”, explica el director quien añade que ahora tienen restricciones importantes porque no pueden ver a sus familias salvo situaciones excepcionales como paseos. Con lo cual se suma un punto de complicación para sobrellevar esta situación.
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