martes. 16.04.2024

Cada 17 de enero los vecinos de la localidad barquense de Coedo así como los de Petín celebran la festividad de San Antón, patrón de los animales, una fecha que congrega a numerosas personas para cumplir así con una tradición muy arraigada.

En las dos localidad, a las 13.00 horas daba comienzo la procesión. En el caso de Coedo, la procesión partía de la capilla y los vecinos portaban la imagen de San Antón así como de la Virgen. El festejo estuvo acompañado de la venta de las tradicionales roscas.

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San Antonio Abad era un monje ermitaño egipcio que nació en el año 250, hijo de acaudalados campesinos, repartió su herencia entre los pobres y se retiró al desierto.

Cuenta la leyenda que un cerdo salvaje decidió acompañarle toda su vida, una vez que el Santo le otorgó el milagro de devolverles la vista a sus jabatos. Por eso estamos acostumbrados a una representación de San Antón con un cerdo domado a sus pies, una imagen que le convierte en el protector de los animales. Se cree que la tradición del cerdo de San Antón se remonta al menos a la Edad Media, ya que era costumbre de hospitales y hospederías soltar sus animales para que pastasen libremente por los alrededores. Para evitar que cualquier desalmado los robase, era habitual ponerlos bajo la tutela del Santo.

Desde mediados del siglo XVIII, la festividad se celebra en nuestro país con populares romerías que invitan a salir a la calle, encender hogueras, organizar mercados y, por supuesto, desfiles de animales y peregrinajes para la bendición o asistencia a celebraciones religiosas. Según manda la tradición, una vez bendecido el animal, el dueño recibe un panecillo o bollo del Santo que, elaborados con una fórmula secreta que los mantiene tiernos durante bastante tiempo, deben ser guardados junto con una moneda en el armario hasta el año siguiente.

Coedo y Petín honran a San Antonio Abad