🏪 Nombre del establecimiento: Ana Óptica
📆 Año de fundación: 2005
👥 Quién te atiende: Ana y Montse, profesionales cercanas y con experiencia en el sector
👓 Sector: Óptica y Optometría
🛒 Qué ofrece: Revisiones visuales, control de tensión ocular, adaptación de lentes de contacto y detección de posibles patologías visuales. Si es necesario, remiten al oftalmólogo con informe detallado. Además, ofrecen asesoramiento personalizado en monturas, gafas de sol y lentes progresivas, siempre adaptado a las necesidades del cliente.
📍 Dónde está: Avenida de la Estación, 11 (bajo), O Barco de Valdeorras
🎯 Apto para: Todas las edades, desde bebés hasta personas mayores. Atienden a cualquier persona con necesidades visuales, con opciones para todos los presupuestos. También ofrecen gafas específicas para alergias solares en niños pequeños y recuerdan la importancia de la protección frente a la radiación ultravioleta, incluso en edades tempranas.
⭐ ADN del negocio: Una óptica familiar, cercana y honesta. Conocen a sus clientes por el nombre y ofrecen una atención completamente personalizada. Cada caso se trata de forma individual y con el tiempo necesario. Además, su implicación va más allá de la óptica: muchas veces son confidentes, psicólogas improvisadas y amigas, siempre con una sonrisa y vocación de servicio.
💬 ¿Hablamos?
«Llevamos ya 20 años, y aunque al principio no fue fácil, la verdad es que hemos ido creciendo poco a poco. Lo importante para nosotras siempre ha sido hacer bien el trabajo, que la gente esté contenta y sienta que puede confiar en nosotras», cuenta Ana.
A lo largo de los años han vivido situaciones de todo tipo. «Una vez un señor vino convencido de que su gafa llevaba un GPS y que lo estaban localizando desde el pueblo. Nos pidió que se lo quitáramos de la montura. O una chica joven que decía estar operada de cataratas… pero al examinarla vimos que tenía el cristalino intacto. Son anécdotas que demuestran el desconocimiento que a veces hay, y por eso es tan importante explicar bien y con palabras sencillas».
También recuerdan con humor la historia de una señora que solo usaba gafas de cerca: «Nos decía que no necesitaba más porque no salía del pueblo ni de su calle. Y así, miles».
En cuanto a la venta por internet, lo tienen claro. «Graduar la vista no se puede hacer online. A veces la gente compra monturas o lentes por internet y luego viene con problemas. Es más barato, sí, pero luego no hay servicio postventa. Si una varilla se rompe y es nuestra, lo solucionamos. Si no, no podemos hacer nada».
A pesar de los cambios, siguen apostando por el trato directo y de calidad. «Montar unas lentes progresivas no es solo poner cristales: es medir bien, asesorar, elegir la montura adecuada… Y cuando todo eso se hace bien, nadie viene a devolverlas. Al contrario: se adaptan estupendamente».
¿Y el futuro?: Nos gusta nuestro trabajo, nos gusta la gente y eso se nota. Y si alguna vez nos equivocamos, preferimos que nos lo digan. Estamos aquí para resolverlo y aprender. Y cuando ves que la gente lo agradece, te das cuenta de que merece la pena».
Y, como buen negocio familiar, el relevo está asegurado: Sofía, la sobrina de Ana ya pasa mucho tiempo por la óptica, aprendiendo el oficio y pendiente de todo. Un detalle que ilusiona y garantiza que la cercanía y el cuidado seguirán viéndose de cerca… durante muchos años más.
