Como es costumbre, varios exciclistas siguen un año más el recorrido de La Vuelta desde dentro de la carrera. Entre ellos se encuentra el salmantino Santi Blanco, que corrió en Banesto y tiene en su palmarés dos etapas de la ronda española. Cree que la etapa con llegada en la estación de montaña de Manzaneda fue «muy bonita, emocionante y disputada, pese a que el último puerto no tuvo la dureza de Ancares».
Blanco destaca además el «final muy feliz» con la victoria del joven Pablo Castrillo, del equipo Kern Pharma, «tras la muerte ese día de su gran jefe, Manolo Azcona, y todo el mundo se alegró por ello. Las emociones eran máximas, todos los que estábamos en meta estábamos empujando porque llegó algo justo. Le viene bien al equipo y a la afición española esta victoria». Castrillo es el primer español que se hace con una etapa en esta Vuelta.
El exciclista salmantino destaca que, «para hacer ciclismo, la zona de O Barco me parece espectacular». Conoce bien las carreteras de la comarca, pues en 2017 fue el invitado estrella de la XIX Volta a Valdeorras, que entonces tuvo un recorrido de 110 kilómetros. La ruta había partido de O Barco para desplazarse a tierras quiroguesas, subir el Alto da Moa y regresar por Trives.
«Sigo manteniendo contacto con gente de allí, como Diego, que fue quien me invitó», recuerda en conversación con Somos Comarca el exciclista de Béjar. «Cuando corres por Galicia siempre son etapas duras, porque no dejas de subir y bajar», concluye.
Otro exciclista que no se pierde ninguna edición de La Vuelta es el gallego Óscar Pereiro, ganador de un Tour de Francia. «Cuando hay tanta diferencia entre escapada y pelotón, suele definirse como ocurrió esta vez», comenta sobre la etapa de Manzaneda, en la que la fuga logró su objetivo.
«El puerto de Manzaneda es un puerto largo y duro, pero no marca diferencias. Viendo que después llegaba Ancares, pienso los grandes líderes se lo tomaron como un día de tranquilidad», explica.
Óscar Pereiro cree además que la provincia de Ourense es «la gran desconocida de Galicia y es una maravilla para el ciclismo». Destaca que hay «un montón de carreteras secundarias y puertos que no son duros y otros que sí lo son, como Manzaneda o Pena Trevinca, que me encanta. Solo hay que recordar que hace años la Volta a Ourense amateur era una de las mejores de España».
