
Don Ignacio había nacido hace 85 años en la parroquia en la que van a depositarse sus restos mortales. Fue ordenado sacerdote hace 59 años en Santiago de Compostela (1965). Incardinado en esta diócesis de Tui-Vigo en 1983 se le encargó la parroquia de Petelos y la capellanía del Hospital psiquiátrico Rebullón.
En 1986 sirvió como adscrito en la parroquia de Santa María de Vigo y en 1990 se le nombra párroco de Atios y su anejo de Cans eligiéndole sus compañeros Arcipreste de A Louriña. En el año 1998 será nombrado párroco de Ribadelouro y en el año 2002, también de san Pedro de Cela.
En el año 2010 dejando las parroquias de A Louriña se le adscribieron labores de ayuda ministerial en la parroquia viguesa de Santiago el Mayor hasta que su deterioro le animó en 2020 a ingresar en la Residencia sacerdotal Nosa Señora da Guía en la que actualmente vivía.
Descansa ya en paz Ignacio, el que con frecuencia repetía «me gustaría morir caminando».