viernes. 29.03.2024

El grupo de arqueólogos está finalizando las memorias

técnicas de las excavaciones del pasado año

«Valdeorras es un sitio muy rico en patrimonio y en historia». Así lo confirma Carlos Tejerizo del grupo de arqueólogos Sputnik Labrego quien destaca que la comarca valdeorresa cuenta con un gran atractivo en yacimientos y que es importante darle una narrativa a todos los hallazgos que se van sucediendo.

Actualmente, la agrupación está finalizando las memorias técnicas de los trabajos realizados en el verano de 2019 mientras concretan nuevas fechas para continuar su labor en este verano de «nueva normalidad».



Casaio: guerrilla y

wolfram

En primer lugar, Tejerizo subraya que están ultimando las conclusiones de la intervención en Casaio, en Carballeda de Valdeorras, que se divide en dos partes. Por un lado, aquella realizada en los antiguos chozos de la guerrilla, la llamada Ciudad de la Selva; y por otro en los campamentos de las minas de wólfram, «que fue una de las cosas más interesantes de este año, poder excavar un campamento de trabajadores de los años 50», destaca el estudioso.

Respecto a las viviendas de la guerrilla, Tejerizo recalca que los hallazgos realizados les hablan sobre el modo de organización de la guerrilla. «Hemos documentado un montón de objetos de la vida cotidiana que ahora ya hemos analizado de manera más detallada. Hay algunos elementos muy interesantes como el revólver que dimos a conocer ya, pero también un bote de crema para después del afeitado. Nos habla de esa vida cotidiana y la importancia de normalizar su existencia en el monte», asegura Tejerizo quien añade que también encontraron una cadena de reloj personal, «nos informa sobre la importancia de tratar el tiempo. Nos llama la atención lo duro que debe ser pasar años en el monte y gracias a estos elementos como podían hacer su vida un poco más normal», asegura.

Chozo restaurado 2009

Además, Sputnik Labrego ha diferenciado varias fases de ocupación. Una primera más local, con huidos de la zona y luego la Ciudad de la Selva formada por la llamada Federación de Guerrillas, más organizada.

«Pudimos excavar uno de estas primeros estructuras que nos ayuda a conocer cómo fue el proceso de domesticación del paisaje que hizo la guerrilla para llevar a cabo la lucha. Nos permite dar densidad histórica a un fenómeno que a veces se conoce como una fotografía cuando realmente fue un proceso muy largo en el que también ellos tuvieron que adaptarse», afirma.

Por otra parte, los arqueólogos también han avanzado en el conocimiento de la vida cotidiana de los trabajadores del wólfram en los años 50, instalados en campamentos en el monte de Casaio. «La importancia de la introducción de esta industria para el entorno fue fundamental porque vivían en escasez. Pero era una vida muy dura», acentúa.

El objetivo de Sputnik Labrego es continuar trabajando en esta zona durante el verano. «Cuando pase el periodo de incertidumbre derivado de la crisis sanitaria, concretaremos con la comunidad de montes cuándo podemos volver a trabajar aunque esperamos que sea entre septiembre y octubre», ha explicado Carlos Tejerizo quien señala que esta será la penúltima o última campaña de excavación en dicha zona. «Trataremos de cerrar el tema de la guerrilla y avanzar fuerte con el tema del wólfram», ha detallado el investigador.

Valencia do Sil

Respecto a Valencia do Sil, en el término municipal de Vilamartín de Valdeorras, el grupo ha querido agradecer la implicación del concello para tratar de avanzar en la investigación de este asentamiento. «Hemos aprovechado el confinamiento para adelantar en estos trabajos menos visibles. Ya hemos recibido gran parte de los análisis del Carbono 14 y de todo lo que habíamos enviado al laboratorio. Hemos tenido hallazgos interesantes que estamos poniendo en común con el historiador valdeorrés Santiago Ferrer para darle un poco de sentido a este sitio que es espectacular», ha detallado el doctor y arqueólogo.

Entre los hallazgos, Tejerizo destaca una fragua posiblemente de forja de hierro. «Aunque no descartamos que pueda ser de cobre lo cual sería mucho más interesante porque es un metal más complicado de trabajar que requiere otro tipo de estructuras. Este hallazgo nos habla de un asentamiento muy bien organizado, del siglo IV a.C. Era una población muy bien organizada y estructurada que separaba los lugares donde vivían y donde trabajaban», afirma.

Señala que este castro volverá a ser excavado en septiembre. «Gracias al aporte y determinación del concello de Vilamartín de Valdeorras que va a financiar parte de la excavación junto con la Universidad de Santiago de Compostela», asevera y añade que antes del estado de alarma se firmó un convenio para que esta excavación sirva de prácticas en el máster de arqueología de la Universidad de Santiago.

Respecto a la importancia de continuar trabajando en los yacimientos de la comarca, Tejerizo anuncia que todavía queda mucho por hacer. «Nos llama la atención la riqueza de patrimonio e historia de la zona y que la gente está interesada pero falta mucho por hacer. Se le debe dar una narrativa general. Hay pequeñas parcelas de historia como la villa de la Cigarrosa, el yacimiento de O Barco o Petín pero es necesario ir profundizando en ella. Intentamos dar un sentido a todas estas pequeñas parcelas», narra.

El doctor destaca que Valdeorras se ha dado a conocer, en determinados periodos históricos como un lugar central en la articulación del territorio del noroeste. «Son periodos de la Edad Oscura en los que la comarca muestra riqueza así como una sociedad muy bien organizada, conectada con el resto del mundo», concluye.

Sputnik Labrego volverá este año a las excavaciones en Valencia do Sil y en el monte de...