La tensión fue la tónica que se pudo respirar en el pleno de A Rúa, celebrado en la tarde de este lunes y que finalizó con el abandono de los concejales del Partido Popular después de que la alcaldesa, María G. Albert, le retirase la palabra al portavoz, Álvaro Fernández.
La sesión plenaria ordinaria fue convocada con tan solo un punto en el orden del día, así como ruegos y preguntas. Así, Albert dio respuesta, durante más de una hora, a las 15 preguntas realizadas por los ediles del Partido Popular.
El suceso se enquistó cuando tomó la palabra el portavoz popular quien se refirió al portavoz del RUA, Vicente Solarat quien forma parte del gobierno junto con el BNG y el PSOE, a pesar de haber formado parte de la junta de gobierno en el anterior mandato liderado por los populares. Un hecho que no aprobó la primera edil quien, hasta en tres ocasiones, exigió a Fernández que realizara un ruego o una pregunta si no quería perder el turno de palabra, alegando que no era un mitin sino un pleno.
Ante la insistencia de Fernández de seguir en la misma línea, Albert decidió quitarle la palabra por lo que los cuatro concejales populares abandonaron la sala. Una decisión que la regidora calificó de “falta de respeto” hacia la corporación, la ciudadanía y el PP. Por su parte, Solarat señaló que Fernández insiste en los mismos asuntos de manera continuada.
Entre las 15 preguntas presentadas por los populares había temas diversos como la ordenanza de terrazas, el traslado del club de Karate, las obras del pabellón polideportivo, el Festival Rúa Vive Fest, o la gestión de las piscinas municipales, un asunto que se debatirá en un pleno extraordinario. Del resto, Albert aseguro que “prácticamente no hay nada que decir”.
El único punto del orden del día, que fue aprobado por unanimidad, fue la adopción de un sistema que permite la fiscalización previa de los expedientes del Concello con el objeto de agilizar los procesos de gestión de los expedientes, tal y como dio a conocer la regidora ruesa.
