En la actualidad hay una veintena en la villa que se usan a diario como medio de transporte
El patinete eléctrico se está haciendo hueco en O Barco. Todavía de forma «tímida», si bien cada vez cuenta con más seguidores. En este momento hay una veintena en la villa. Es un medio de transporte más que ahora forma parte del paisaje urbano de O Barco.
Para circular en este vehículo de movilidad personal —VMP— se le aplican prácticamente las mismas normas que a las bicicletas, aunque no es obligatorio llevar casco. Y ello porque posee unas características especiales. La masa del patín eléctrico no puede exceder de los 25 kilogramos y su velocidad no puede ser superior a los 30 kilómetros hora.
Los patinetes deben circular por la calzada siempre que no exista carril bici y no pueden transitar por las aceras, circunstancia que ha generado alguna vez algún conflicto con los peatones.
Aunque parecía en un primer momento un vehículo de recreo, se está convirtiendo en el modo de transporte habitual de muchas personas para acudir a sus trabajos, también en O Barco. Los usuarios coinciden en sus ventajas: es muy fácil de llevar, se llega al destino antes que en coche, no hay que buscar aparcamiento y no supone un gasto en gasolina. Además, no es tan aparatoso como una bicicleta, se puede plegar y esto facilita llevarlo con uno a la hora de montar en un ascensor o subir unas escaleras.
La carga del patinete eléctrico es muy barata —cuentan vecinos consultados de O Barco que lo utilizan— y la batería dura lo suficiente para cumplir su finalidad. Así, un adulto de unos 85 kilos hace en torno a los 20 kilómetros. Es por ello «un transporte cómodo, práctico y respetuoso con el medio ambiente. Es una de las mejores formas de moverse por la villa».
Nadia Pfirter, vecina de O Barco, cuenta que usa el patinete para ir a trabajar. Ha ahorrado mucho tiempo en los desplazamientos. «Es súper práctico. No te vuelves loco para aparcar. Y mi factura de la luz aumentó muy poco, unos cinco euros. Es como cargar un móvil», valora.
Es consciente de que a veces genera problemas con los peatones y que puede molestar. «En mi caso, procuro no molestar y soy responsable». En este sentido, cita que es fundamental el cumplimiento de las normas. En cuanto al riesgo de accidentes, añade, es similar al de una bicicleta. «Yo ya me he caído, pero como puede ocurrir en una bici», añade.
De hecho, en O Barco, hace tan sólo unos días se produjo un accidente sin consecuencias graves para la persona que lo conducía. No obstante, los seguidores de este vehículo dicen que «es posible accidentarse, pero como en bicicleta, coche o moto. Es un medio de transporte y lógicamente tiene riesgo. Conducir un patinete no exime de menor responsabilidad», cuentan personas que usan este medio de transporte en la villa.
Todavía existen algunas «lagunas» en la regulación de su uso. Hay voces que reclaman una normativa más clara. La Dirección General de Tráfico considera que no son vehículos a motor, si bien alerta no están exentos de peligro. De hecho, el año pasado se produjeron España 300 accidentes con el resultado de 5 fallecidos en patinete originadas por causas muy diversas.
En cuanto al acceso a esta nueva forma de moverse, el coste de un patinete eléctrico parte de 200 euros en adelante.
El patinete y la movilidad «eléctrica» va ganando terreno en O Barco.