Jorge Gil: «Penouta va a estar mirado con lupa»
Penouta vuelve a ocupar titulares y, por primera vez en mucho tiempo, no lo hace por un conflicto judicial ni por un expediente varado en los tribunales, sino por el movimiento que Energy Transition Minerals (ETM) ha iniciado para reactivar uno de los yacimientos más singulares de Galicia.
La compañía australiana, que se hizo con las instalaciones y los derechos de explotación en subasta judicial, asegura tener un plan claro para devolver actividad y estabilidad a la explotación de Viana do Bolo. La adjudicación se cerró por 5,2 millones de euros, una cifra que no cuenta toda la historia. Solo hubo dos ofertas —ETM y una UTE formada por dos empresas gallegas—, algo que sorprendió al propio adjudicatario, que no entiende cómo un recurso así pasó casi desapercibido entre compañías con experiencia minera.
Aun así, ETM estaba preparada para seguir pujando. «Creemos que Penouta lo vale de sobra», afirma Jorge Gil, responsable de ETM en España, y lo dice apoyándose en un dato clave: los estudios previos hablan de 76 millones de toneladas de estaño y minerales asociados en el subsuelo, una cifra que explica por qué la empresa estaba dispuesta a ofrecer más dinero en la puja.
Gil añade un matiz relevante: la operación se afrontó íntegramente con fondos propios, sin recurrir a financiación externa. Para una explotación sometida a tanta presión regulatoria y ambiental, es un mensaje inusual y contundente de compromiso a largo plazo.
Para Gil, el valor de Penouta no reside solo en la magnitud estimada del recurso o en la singularidad de su mineral, sino en lo que representa en el mapa europeo. Subraya que se trata de la única mina de coltán en Europa y que, a diferencia de la mayoría de explotaciones de este mineral en el mundo —asociadas a países en conflicto y a contextos de inestabilidad—, Penouta está en un territorio regulado, con instituciones sólidas y bajo la normativa ambiental y minera de la Unión Europea.
En un momento crítico para la industria continental, recuerda que Europa carece de capacidad para asegurar por sí misma el suministro de minerales esenciales y depende de China tanto en extracción como, sobre todo, en procesado. Y aquí introduce una de las ideas clave de la entrevista: Europa tiene recursos, pero no tiene la capacidad industrial para transformarlos.
Las plantas de refinado, separación y procesado —la parte más estratégica de la cadena de valor— están concentradas casi por completo en Asia, y especialmente en China. «Europa es el único continente que está haciendo un esfuerzo sobrehumano para garantizar sus materias primas críticas», afirma.
La paradoja, añade, es que buena parte de esos recursos están en suelo europeo —España, Portugal, República Checa— pero no se explotan. Penouta, en su opinión, es una de las pocas oportunidades reales para que la UE reduzca la brecha que arrastra en la cadena de valor de los minerales estratégicos y cumpla los objetivos del Critical Raw Materials Act.
Sobre el terreno, sin embargo, la realidad administrativa marca el ritmo. La licencia de Sección C, que autoriza la explotación completa del yacimiento, fue anulada por un defecto de forma por el TSXG y continúa suspendida mientras el caso se revisa en el Tribunal Supremo. Siguiendo las recomendaciones de las autoridades mineras gallegas, ETM ha optado por rehacer el expediente desde cero: nuevo proyecto, nueva evaluación ambiental y una solicitud completa que aspire a despejar cualquier duda jurídica.
Mientras tanto, la única autorización activa es la Sección B, que limita las operaciones a las escombreras y relaves generados por explotaciones antiguas. Ese será el punto de partida: intervenir lo ya intervenido, reducir el pasivo ambiental acumulado durante décadas y generar los primeros ingresos mediante la venta de feldespatos y mica, materiales con demanda estable en sectores como la cerámica de Castellón o el vidrio industrial. Gil lo resume en pocas palabras: «Habrá flujo de caja, menor, pero flujo de caja», suficiente para demostrar que la empresa llega para trabajar y no para especular. Está previsto que comiencen a trabajar en el segundo o tercer trimestre de 2026.
Este arranque vendrá acompañado de una inversión en tecnología de control hídrico: un sistema de filtro-prensa que permite recircular el agua y reducir la humedad del residuo, blindando uno de los aspectos más sensibles del proyecto.
La decisión del juzgado de Trives, que hace unas semanas archivó provisionalmente la demanda por un supuesto vertido de aguas, alivió parcialmente la presión mediática y los conflictos medioambientales, pero no elimina la necesidad de vigilancia. La jueza concluyó que no había afección al cauce, que las actuaciones estaban autorizadas y que no existían indicios de delito ambiental, pero el archivo es provisional y el escrutinio continuará. «Penouta va a estar mirado con lupa, y debe ser así», admite Gil, que cree que solo una ejecución impecable puede darle al proyecto la estabilidad que no tuvo en el pasado.
En cuanto a plazos, la normativa europea establece un año para sacar adelante este tipo de proyectos, pero ETM calcula que el proceso administrativo de la nueva Sección C podría demorarse y esperan que se extienda hasta los 18 meses, aunque se prepara para un escenario de dos años y dispone de fondos suficientes para aguantar hasta tres años sin ingresos. En la compañía llaman a este periodo «el camino del desierto», un tramo de paciencia administrativa que asumen como parte inevitable del proceso.
Mientras tanto, la expectativa en Viana do Bolo es alta. La antigua mina llegó a emplear 129 trabajadores, una cifra significativa para un municipio de 2.700 habitantes y para una comarca en la que el cierre dejó una huella económica profunda. ETM evita dar cifras de contratación hasta que avance la tramitación, pero tiene claro el enfoque: recuperar personal con experiencia en la explotación y priorizar la contratación local. En Salamanca —donde la empresa desarrolla cuatro licencias de litio— el 95 % de las firmas proveedoras fueron españolas, y la intención es replicar ese modelo en Galicia. «Este proyecto necesita equipo español y, aquí, equipo gallego», sostiene Gil.
Energy Transition Minerals llega a Penouta con presencia en proyectos de litio en Salamanca, geotermia en Madrid y un yacimiento de tierras raras en Groenlandia paralizado por un cambio legislativo. Penouta se convierte así en su proyecto europeo más avanzado. Galicia, mientras tanto, se posiciona con fuerza en el mapa comunitario de minerales críticos, con la reactivación del wolframio en A Gudiña y con el proyecto de litio de Doade- Beariz.
En este contexto, Penouta es diferente. Es única por el tipo de mineral, por su volumen estimado, por su potencial industrial y por su ubicación en la Unión Europea. ETM plantea un avance progresivo: empezar por lo permitido, demostrar solvencia técnica y ambiental, sostener el proyecto el tiempo necesario y, cuando llegue el momento, reactivar la explotación completa bajo estándares más exigentes que nunca.
Y, aunque la empresa defiende la importancia de que el mineral permanezca en Europa, su accionariado incluye a capitales internacionales con peso en el mercado mundial de tierras raras. El mayor accionista es OCJ Investment (Australia) Pty Ltd, controlada por el inversor chino Chunlin Ouyang, A esta participación se suma Shenghe Resources Holding Co., Ltd., uno de los mayores grupos chinos del sector, con alrededor del 6,53 %, (según la documentación remitida por la propia compañía a la bolsa australiana en agosto de 2025).
Penouta vuelve a caminar. Lo hace con cautela, con vigilancia y con más expectativas que en ninguna etapa anterior, pero también con recursos, un plan definido y una oportunidad que Galicia observa con esperanza moderada.