jueves. 28.03.2024

Después de una noche complicada, los vecinos de Vilariño y Viloira, en O Barco de Valdeorras, todavía tienen el miedo metido en el cuerpo tras sufrir de primera mano el infierno de los incendios y la llegada de las llamas cerca de sus viviendas. 

«Pasamos a noite moi apurados, sacamos as mangueiras todos ó redor do pueblo tratando de apagalo porque a brigada non veu, decían que estaban agotados»; relata Eduardo, vecino de Vilariño, uno de los pueblos donde llegaron a ver el fuego próximo. 
 

Según explica este afectado, los propios vecinos tuvieron que organizarse como pudieron para tratar de contener la llegada del fuego hasta que después de unas horas angustiosas acudieron finalmente efectivos de bomberos, Policía Local y Guardia Civil. 

Pese a las recomendaciones de la Guardia Civil para que abandonasen la zona, los afectados se negaron a irse y decidieron trabajar para contener el avance de las llamas. «Querían que marchasemos, pero tiñamos todas as cousas, teníamos que protexelas», explica Eduardo. Entre Castro de Vilariño y Solecín, dos de los fuegos en peligro, allí residen medio centenar de habitantes. Los afectados se quejan de que al principio no fue nadie, «non había medios». 

En Viloira, los vecinos que viven allí también pasaron la noche en vela ante el imparable avance del fuego, procedente de Carballeda de Valdeorras y que llegó a varios núcleos de población del Barco. «Desde las dos de la madrugada estaba en pie llamando al 112, al ver fuego descontrolado por todos los lados», explica. Como tantos otros, este joven decidió quedarse allí para tratar de impedir que el fuego se llevase por delante la casa de su familia. 

Durante toda la noche, este joven se centró en hacer «cortafuegos como pude y fui apagando como pude». «Fue un infierno, la temperatura era salvaje, no había quien pudiese estar. Las llamas y el calor eran insoportables y venía el fuego por todos los lados» resume. 

Con la situación algo más tranquila, los vecinos no se confían pues saben que rápidamente puede levantarse el viento y volver a activarse los fuegos. «Es un descontrol, no hay quien controle esto», comentaba este afectado. La prioridad para ellos pasa por salvar sus casas y pertenencias. 

Vecinos de Vilariño y Viloira: «Esto es un infierno, está el fuego por todos lados»