El Puente de San Fernando: historia y memoria de O Barco de Valdeorras

El Puente de San Fernando, una de las infraestructuras más icónicas de O Barco de Valdeorras, guarda una historia marcada por el esplendor y la tragedia

Inaugurado en 1902 junto con la apertura de la carretera Ponferrada-Ourense, este puente reemplazó la antigua Barca del Sil, que durante siglos había servido como medio de cruce entre las dos orillas del río Sil.

Antigua lancha que comunicaba las dos márgenes del Sil a su paso por O Barco. Foto Aurelio Blanco Trincado

La construcción del puente formaba parte del ambicioso Plan de Carreteras de 1877, bajo el gobierno de Cánovas del Castillo. Diseñado por el ingeniero ourensano Sebastián Martínez Risco, el puente tenía una longitud de 203 metros, sostenido por cuatro pilares y construido con granito extraído de las canteras de Petín. Su levantamiento no fue sencillo: tras varias licitaciones desiertas, finalmente se adjudicó por 317.629,97 pesetas, una cifra que se incrementó durante la ejecución.

Puente de San Fernando. Imagen de Facebook de Aurelio Blanco Trincado

La tragedia de 1959

El 27 de diciembre de 1959, el Puente de San Fernando sucumbió ante la fuerza del río Sil durante una riada histórica. Las intensas lluvias de aquel invierno, sumadas a un pilar mal asentado sobre terreno de aluvión, facilitaron el colapso de la estructura. En el desastre perdió la vida Manuel Conde, conocido como “O Monfortino”, un zapatero de la calle San Roque que se acercó al puente para evaluar el peligro. Agustín Isla, vecino de Viloira, salvó su vida en el último momento, logrando escapar mientras la estructura se derrumbaba bajo sus pies.


La pérdida del puente dejó incomunicadas las dos orillas de O Barco, siendo necesario recurrir a barcazas y pasarelas provisionales. A mediados de enero de 1960, un destacamento de pontoneros del ejército instaló un puente militar temporal, aunque también fue arrastrado por el río poco después.

Al fondo de la imagen, el puente destruido y altura del río en Porto Da Barca

Finalmente, se construyó una precaria pasarela que permaneció en uso hasta que en 1962 comenzó la construcción de un nuevo puente, concluido en 1970. La empresa "Tierra y Hormigones" fue la encargada de llevar a cabo las obras, aunque estas sufrieron numerosas interrupciones debido a la falta de materiales y financiación.

Pasarela provisional. Foto Aurelio Blanco Trincado

Un legado en el Sil

Durante décadas, los pilares del antiguo Puente de San Fernando permanecieron como testigos mudos en el cauce del Sil. Muchos vecinos recuerdan cómo, en los veranos, nadaban hasta los restos de la estructura. Sin embargo, a finales de los años noventa, los pilares fueron desmontados y sus piedras vendidas, borrando así una parte significativa de la memoria histórica de O Barco.

Fuerza del agua aquel 27 de diciembre

Hoy, el Mirador del Ponte de San Fernando ofrece una vista privilegiada sobre las aguas del Sil, recordando a los visitantes la importancia de aquel puente que, durante décadas, simbolizó la conexión entre las dos orillas del municipio y la lucha constante contra la fuerza de la naturaleza.

Estado en el que quedó el puente tras la caída. Foto Aurelio Blanco

Sesenta y cinco años sin el Puente de San Fernando

«Recordamos el tristísimo, 65° aniversario del hundimiento del pintoresco Puente de San Fernando. Algún amigo me preguntó si conocía pormenores de la tragedia del desafortunado «Monfortino» y de la puesta en servicio del puente actual. Debo decir que tuve acceso al expediente judicial y muy resumido voy a añadir algo», escribía Isidro García Tato en su red social el pasado 27 de diciembre.

«Parece ser que ese día 27 por la tarde don Domingo, cura párroco de Santa Mariña do Monte, que cruzó el puente en moto, alertó de una amplia grieta en su fábrica. Inmediatamente, el «Enterrador» de Viloira cerró el paso por su lado, pero por el de O Barco no hubo nadie que lo impidiese. Debo añadir que el citado cura don Domingo murió a los pocos días del disgusto, producido por tal catástrofe», explica García Tato...

Imagen del puente desde Alixo. Foto Aurelio Blanco

«En un alarde de malentendida virilidad (las declaraciones de testigos, incluidas las del citado cura, en las probanzas judiciales llevadas a cabo posteriormente así lo evidencian), Manuel Conde Rodríguez, alias «O Monfortino», de O Barco, desoyó los prudentes consejos del cura don Domingo y, desafiando el peligro, se puso a cruzar el puente. No transcribo las deposiciones de los testigos por respeto a la memoria del difunto», concluía.

Majestuosidad del puente visto desde la desembocadura del río Cigüeño. Foto Aurelio Blanco Trincado

Las imágenes de este artículo son de la red social de Aurelio Blanco Trincado, presidente del instituto de estudios Valdeorreses.