Nueva imagen de Santa Rita, más pequeña y portada por los jóvenes
Es más pequeña que la primera imagen de la santa de Cascia, donada por Pilar Arias Quirós a la parroquia en 1926. Aunque las fiestas en honor a esta advocación no se iniciaron hasta el año 1935 con la celebración de una misa de campaña en una finca que recibía el nombre de «El Prado», propiedad de la familia Pérez Lista.
Fueron Aurelio Estévez y Julio González los que decidieron rendir culto a la Santa, aunque «como eran tiempos de la República», no se atrevieron a sacarla en procesión. Sí lo hicieron al año siguiente, previo permiso de la «Casa del Pueblo», tal como explica Aurelio Blanco Trincado, presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses.
En un primer momento estuvo situada en uno de los altares laterales da la iglesia de San Mauro, hasta que fue trasladada al nuevo templo en 1980. El edificio religioso, situado en la Praza do Príncipe fue promovido por el párroco Baldomero García, quien desde que llegó a O Barco en 1963 no cesó en su empeño, y aunque estuvo largos años en construcción finalmente Santa Rita ocupó el templo que lleva su nombre.
Engalanada bajo un arco de rosas de múltiples colores, de los jardines y huertas de O Barco la virgen salía en procesión. Eran las mujeres de los miembros de la comisión de fiestas las que se encargaban de recogerlas y luego la víspera de adornar el arco de aluminio y el pedestal de la imagen. «La gente al finalizar la procesión se llevaba las rosas bendecidas», asegura Eduardo Ojea, comisionista durante muchos años.
Desde 1982 la imagen que recorre las calles de O Barco es la realizada por el escultor valdeorrés, Xelo de Tremiñá. Una imponente talla de madera de abedul, de 1,80 metros de altura, adquirida por la comisión de fiestas. Xelo esculpió una «señora de 60 años, con mucho sufrimiento a sus espaldas y rasgos duros». Eso la gente no lo sabía, porque tampoco eran muchos los que conocían la historia de la Santa y fue recibida con cierto rechazo por los vecinos.
«Vestida con hábito —ella siempre quiso ser monja—, está esculpida en madera, sin policromía, respetando los materiales nobles como manda el arte sacro», comenta el autor. En la mano izquierda porta una cruz y una rosa en la derecha; la primera simboliza el sufrimiento y la segunda los milagros que realizó.
En 2022 tuvo que pasar por el taller de Xelo para hacerle unos «pequeños ajustes», retocarle un poco el color del escapulario —o, como dicen los vecinos, el babero— y también el de las rosas —Xelo le había dado un pigmento blanco (símbolo de la pureza) pero finalmente se optó por el rojo que es el color de las flores que se ponen a sus pies—.
Este año una nueva imagen se incorpora a la procesión, se trata de una talla de pequeño tamaño, con una cara bonita de una muchacha de 20 años. Será portada por los jóvenes de la parroquia. «Está confeccionada en los talleres de Caché Cofrades, un equipo de escultores, doradores y restauradores de Sevilla», explica el párroco Jesús Álvarez. «Yo quería una imagen que contrastara con la de Xelo de Tremiñá, mucho más dulce, sobre todo porque la van a llevar los chicos de la confirmación», añade.
El primer día de la novena, el pasado 13 de mayo, se bendijo la imagen de la «pequeña» Santa Rita, que permanecerá en el templo junto a las demás tallas, pasada la fiesta.