El neurocientífico Xurxo Mariño desmonta mitos sobre el cerebro en Valdeorras
Películas, libros e incluso algunos divulgadores bienintencionados han vendido ideas erróneas sobre cómo funciona el cerebro. El miércoles 9 de abril, Xurxo Mariño llega a O Barco dispuesto a poner luz —y ciencia— sobre uno de los temas que más curiosidad despiertan: las emociones.
Neurocientífico, profesor en la Universidade da Coruña y autor de libros como Neurociencia para Julia o Terra, Mariño será el protagonista de los encontros Família-Escola organizados por la asociación Vagalume. La charla se titula Neuronas para a emoción, como su última obra. En ella profundizará en el papel que juega el cerebro en la identidad, la percepción y los sentimientos.
«Hai moitísima información pouco rigorosa, baseada en opinións ou estudos psicolóxicos antigos», advierte. La neurociencia actual, explica, permite entender con más precisión cómo funcionan las emociones básicas, como la alegría, la ira o el miedo. Y una de las conclusiones más claras es que «a emoción é anterior ao pensamento».
El cerebro reacciona antes de que podamos razonar. «Se imos camiñando pola rúa e escoitamos unha explosión ás nosas costas, non nos paramos a pensar: damos a volta a toda velocidade». Esa respuesta automática es útil, pero también puede dificultar la gestión emocional en el día a día. «Hai emocións que nos condicionan sen motivo real. Aprender a controlalas leva toda unha vida».
Mariño desmonta también el mito de las «sustancias de la felicidad». «A dopamina ou a oxitocina non xeran por si soas ningún estado mental. Iso é unha barbaridade», afirma. Según explica, las emociones no se deben a una única sustancia, sino a la activación sincronizada de grupos de neuronas en distintas zonas del cerebro. «Non hai ningunha sustancia que faga nada ela soa».
Otro dato que sorprende: buena parte del conocimiento que tenemos sobre el funcionamiento del cerebro proviene de experimentos con animales. «Sabemos máis sobre a maternidade das ratas que sobre a humana», reconoce. Las limitaciones éticas impiden investigar muchos procesos directamente en humanos, y eso hace que parte de lo que se publica, incluso en libros o artículos, no se haya comprobado en personas.
En esta ocasión, la conferencia se centrará en el cerebro adolescente, una etapa especialmente intensa desde el punto de vista emocional. «Nesa época da vida somos especialmente emocionais. Iso explica moitas cousas que preocupan a nais e pais», señala. Y por eso, dice, los encuentros con el público de Vagalume son siempre muy enriquecedores: «Sempre se establece un diálogo moi interesante coa xente».
Mariño distingue entre emociones básicas —las que compartimos con otros mamíferos— y emociones sociales, como la culpa, la vergüenza o los celos. Las primeras pueden estudiarse desde la neurociencia. Las segundas no tanto. «Non podemos investigar o remordemento nunha rata», afirma, con un punto de humor.
Será su tercera vez en los encontros de Vagalume. Y todo apunta a que volverá a ser un éxito. Porque el cerebro —con todas sus luces y sombras— sigue siendo un gran desconocido. Y escucharlo explicado sin adornos es siempre una buena idea.
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