Es la «profe» de pintura en la Asociación de Mulleres Rurais de Viloira y por sus clases han pasado muchas alumnas de todas las edades. Antes de la pandemia eran muchas más, pero ahora solo quedan cuatro. «Una van evolucionando y vienen, otras se van», apunta Menchu.
Manola y Mariajo llevan desde el comienzo, ya desde que daban las clases en el bajo al lado de la iglesia de Viloira, luego se trasladaron a un aula del colegio Ramón Otero Pedrayo, y ahora están en la antigua caseta de los peones camineros que el concello arregló para tal fin.
Además de pintar paran un rato entre risas y charlas. «Pintamos cuadros de todo tipo, para niños, para regalar,,,, hay un cuadro para todo el mundo», explica. «Nos echamos unas risas. Es terapéutico, pintas, te distraes y echas unas risas», resalta.
A Mariajo le gusta hacer marinas, lleva 14 años con Menchu, los mismos que hace que comenzó ella a dar clase. Tiene más de 200 cuadros y aunque el azul, el del cielo o el del mar le encanta también ha realizado cuadros infantiles, retratos, paisajes…
Manuela pasa de los ochenta y tiene, al igual que Mariajo cuadros de todo tipo, paisajes, abstractos, bodegones... Se los hace para sus hijos, sus nietos y nietas, amigos…, para ella pintar es una evasión y el momento que tiene para ella misma. Y. al igual que el resto se lo pasa «pipa» todos los miércoles.
Oti, otra de las alumnas, lleva 7 años pintando. «Cuando empezó no sabía ni como coger ni el pincel y ahora cuando pinta se vuelve loca. Se concentra y no levanta la vista del lienzo», señala Menchu.
Además de óleo también aplican técnicas y otros materiales. «Ellas quieren hacer óleo pero ha habido gente que hizo lápiz de color, acrílico…», explica Menchu.
Para asistir a clases es necesario ser socia de las Mulleres Rurais de Viloira y luego pagar una pequeña cuota. Si quieres apuntarte o ver lo que hacen puedes pasarte los miércoles de 17.00 a 19.00 horas, que es el horario de clases o contactar con la asociación.
