Manu Velasco: «La educación debe volver a la esencia: la persona antes que los métodos»
Ternura, ilusión y curiosidad. Estas son las tres TIC en las que se apoya Manu Velasco para hablar de educación, alejándose de la visión puramente tecnológica del aprendizaje. Con una amplia trayectoria como docente y divulgador, Velasco defiende una enseñanza que ponga en el centro al alumno, respetando sus ritmos y necesidades.
Su charla Educar con las otras TIC, (el mismo título que uno de sus libros), que impartirá este martes 11 de marzo en los XXII Encontros Familia-Escola organizados por la Asociación Vagalume, busca recordar que, antes que los métodos o las herramientas, lo que realmente marca la diferencia es la relación entre el docente y el estudiante.
«Vivimos en un momento de pirotecnia educativa», reflexiona Velasco, señalando el exceso de metodologías, herramientas y tendencias que a veces desvían el foco de lo verdaderamente importante. «La educación debe volver a la esencia, que es la persona. Primero hay que escuchar, comprender y cuidar los aspectos afectivos. Solo así podremos trabajar sobre lo académico».
En un mundo hiperconectado, Velasco no rechaza la tecnología, pero advierte sobre sus riesgos. «Las pantallas han cambiado la forma en que los niños aprenden y se relacionan. Pero si no ponemos límites, corremos el riesgo de que la educación se deshumanice». Su preocupación no es solo pedagógica, sino también social: «Los niños están viendo contenidos inapropiados a edades demasiado tempranas. Se normalizan actitudes y comportamientos que afectan a su percepción de la realidad y reducen su tolerancia a la frustración».
Para él, el problema no es únicamente de los jóvenes, sino de los adultos que, muchas veces, no dan ejemplo. «Vemos a niños en restaurantes con una pantalla durante toda la comida, pero también a parejas que apenas se miran porque están pendientes del móvil. No podemos pedirles que gestionen bien la tecnología si nosotros no lo hacemos».
Motivar sin caer en el espectáculo
Uno de los grandes retos en las aulas es mantener la motivación del alumnado en un entorno de sobreestimulación constante. Velasco lo tiene claro: «La clave es que vean la utilidad de lo que aprenden. Si un niño no entiende para qué le sirve un conocimiento, difícilmente se implicará en su aprendizaje».
Sin embargo, advierte sobre la tendencia de querer convertir la educación en un entretenimiento constante. «No todo tiene que ser un parque de atracciones o una serie de Netflix. Hay aprendizajes que requieren esfuerzo y constancia, y eso también hay que enseñarlo».
Aunque la educación emocional ha ganado terreno en los últimos años, Velasco cree que aún queda mucho por hacer. «Si queremos una enseñanza realmente personalizada, necesitamos recursos: ratios más bajas, más docentes y menos burocracia». En este sentido, critica la falta de estabilidad en las leyes educativas. «En España no existen leyes educativas, existen venganzas electorales. Y eso nos hace elegir entre dos P: papeles o personas. Si tienes 20 papeles sin rellenar, solo tienes eso: papeles. Pero si tienes 20 ojos sin ver, dejas 10 corazones sin atender».
Velasco, señala, también, que en un contexto donde la información circula sin control, es muy importante enseñar a los niños a cuestionar lo que leen y ven. «Hoy cualquiera puede decir cualquier cosa en internet, y no todo es cierto. Hay que ayudar a los alumnos a desarrollar criterio, a diferenciar fuentes fiables y a reflexionar antes de aceptar una información como verdadera».
Innovar sin perder el foco
Para los docentes que buscan innovar, pero sienten que el sistema les pone trabas, Velasco ofrece un consejo claro: «La innovación no está en la tecnología ni en los recursos, sino en la forma en que miramos a nuestros alumnos. Podemos hacer mil cosas, pero si uno solo de nuestros estudiantes se queda atrás, eso no es innovar. Innovar es conseguir, o al menos intentar, que nadie se quede atrás».
De cara a su participación en los Encontros Familia-Escola, Velasco quiere enviar un mensaje de ánimo tanto a docentes como a familias. «Lo están haciendo bien, lo mejor que pueden con lo que tienen. A veces buscamos grandes soluciones, pero la educación también se transforma con pequeños gestos: confianza, optimismo, tiempo».
Con su charla, Manu Velasco abrirá esos «botes de purpurina» que considera esenciales en cualquier escuela y hogar. Un recordatorio de que la educación no se basa en metodologías deslumbrantes, sino en lo más sencillo y a la vez más poderoso: la conexión humana.
Puedes escuchar la entrevista completa aquí