El Barbudos Rock Festival vuelve a O Barco tras seis años de silencio
El festival arrancará con una sesión vermú a cargo del DJ Repunante entre las 12.00 y las 15.00 horas. Ya por la tarde, desde las 19.00 y hasta la medianoche, se subirán al escenario cuatro bandas con estilos variados pero un mismo espíritu rebelde
El Barbudos Rock Festival vuelve a O Barco tras seis años de silencio
Este sábado, la plaza del Teatro Lauro Olmo de O Barco se llenará de música con el regreso del festival organizado por el bar Barbudos, un local de referencia para los amantes del rock. La cita, que se celebra después de seis años sin actividad festivalera desde este establecimiento, es completamente gratuita y promete una jornada cargada de buen ambiente y potencia sonora.
La iniciativa parte de Feliciano Fernández Franco, actual propietario del Barbudos, y su hermano Roberto, quienes se encargarán también del sonido y la producción del evento. «No se trata solo de recuperar una tradición, sino de darle una nueva vida al bar, ahora que ya tiene una clientela fiel», explica Eduardo Gómez, guitarrista del grupo Chabacanos, uno de los participantes.
El festival arrancará con una sesión vermú a cargo del DJ Repunante —nombre artístico de Iván— entre las 12.00 y las 15.00 horas. Ya por la tarde, desde las 19.00 y hasta la medianoche, se subirán al escenario cuatro bandas con estilos variados pero un mismo espíritu rebelde:
• The Black Wings, grupo fundado por Roberto Fernández, abrirá la sesión con su hard rock de inspiración americana.
• Chabacanos, formación con raíces en O Barco y Asturias, aportará su visión del rock nacional.
• Grilo, procedentes de Santiago, pondrán la nota en gallego con su rock enérgico y letras en la lengua propia.
• Seika, banda de la Asociación de Música Alternativa de Valdeorras (AMAVA), cerrará la jornada.
El festival se celebrará al aire libre, frente al bar, y no requiere entrada: solo es necesario consumir algo para disfrutar del evento. Desde la organización animan a vecinos y visitantes a acercarse a tomar unas cervezas y dejarse llevar por la música en un ambiente único.