En O Barco no se habla de otra cosa. Esta semana, los robos han vuelto a colarse en las conversaciones de la calle y los comercios. Primero, la Guardia Civil detenía a un vecino como presunto autor de una treintena de robos en garajes comunitarios. Poco después, el bar Bambú amanecía el miércoles con el cristal reventado y la caja registradora vacía. La sensación de inseguridad ha ido en aumento y, este viernes, la Asociación Empresarial de Valdeorras (AEVA) ha decidido dar un paso al frente.
En un comunicado remitido a los medios, AEVA expresa su preocupación por la situación actual, que califica de «creciente intranquilidad» tanto entre el sector empresarial como entre la ciudadanía. La entidad considera urgente reforzar la vigilancia y adoptar medidas efectivas que frenen esta dinámica y devuelvan la tranquilidad a la comarca.
«No es la primera vez que lo decimos», recuerdan desde la Asociación, que en otras ocasiones ya ha trasladado a las autoridades la necesidad de mejorar la seguridad en Valdeorras. Esta vez, el objetivo es mantener reuniones con las administraciones públicas y los cuerpos de seguridad para buscar soluciones conjuntas y eficaces.
La preocupación no es gratuita. Según los datos facilitados por la Guardia Civil, el arrestado esta semana acumulaba más de 30 robos con fuerza en distintos garajes del municipio. El material sustraído —bicicletas, herramientas, dispositivos electrónicos— afectaba tanto a particulares como a comunidades de vecinos. Y a eso se suman episodios como el del bar Bambú, atacado de madrugada el pasado martes, o el establecimiento de Uñas Vero, que fue asaltado el pasado 10 de abril.
El problema no es puntual. Solo en lo que va de año, se ha registrado al menos un robo cada mes —y en algunos, incluso más—, según los casos que han salido a la luz. Desde AEVA insisten en su compromiso con la mejora continua de las condiciones en las que trabajan empresas y vecinos, y aseguran que seguirán dando voz a las inquietudes del tejido económico y social de Valdeorras.