La acusada del crimen de Leticia Sanabria: «Para mí era como una hermana»

La acusada del crimen de Leticia Sanabria: «Para mí era como una hermana»
Fátima A., que se declara inocente, intentó desmontar las hipótesis de las acusaciones y rechazó la existencia de deudas. Aseguró, además, que la relación con su compañera de piso era buena

Fátima A. esperó a escuchar todos los testimonios en su contra antes de hablar. Este jueves 27 de marzo, en la cuarta jornada del juicio, decidió ejercer su derecho a declarar, pero solo respondió a las preguntas de su defensa. Entre lágrimas, negó haber matado a Leticia Sanabria, la joven paraguaya de 29 años que apareció sin vida en septiembre de 2021 en el piso que ambas compartían en O Barco de Valdeorras. Aseguró que no había deudas, que no hubo discusiones por dinero y que su relación con la víctima era buena. «Para mí era como una hermana», afirmó.

Con voz entrecortada, intentó desmontar las hipótesis que sostienen la Fiscalía y la acusación particular, que apuntan a un crimen con móvil económico. Dijo que Leticia le había confesado sentirse presionada por su familia y acosada por un exnovio. «Su familia le pedía muchísimo dinero», explicó. Según su versión, ella solo intentaba protegerla. «Le decía: guarda algo para ti», añadió. Rechazó haberle quitado dinero o haberla maltratado.

También habló de su carácter. Admitió ser una persona fuerte, aunque lo atribuyó a su trayectoria en el mundo de la prostitución. «Nadie que no esté en ese mundo puede entenderlo. Si no eres fuerte, te pasan demasiadas cosas», dijo.

Tras su declaración, fue el turno de los peritos. El forense Fernando Serrulla confirmó que el cuerpo de Leticia presentaba signos de forcejeo compatibles con un intento de defensa. Afirmó que la víctima estaba tumbada en el suelo y que el agresor se colocó encima ejerciendo presión con un objeto blando. En la lavadora se encontró el edredón de la habitación de Leticia, húmedo. Las acusaciones creen que pudo ser el arma utilizada para asfixiarla.

Dos agentes de criminalística reforzaron esa hipótesis. Relataron que el armario de la habitación estaba “muy ordenado”, que no había señales de entrada forzada y que los objetos de valor seguían en el domicilio. «Descartamos un robo violento», concluyeron. También señalaron la aparición de un bote vacío de amoniaco en la despensa.

Uno de los agentes encargados de analizar los teléfonos móviles explicó que los dispositivos de Leticia estaban en la vivienda la noche del crimen. Detalló que uno de ellos fue movido de la habitación a la cocina cuando la víctima ya habría fallecido. También se registraron movimientos posteriores: se activó un antivirus, se descargaron vídeos y se puso una lavadora. Ambos teléfonos siguen desaparecidos.

La defensa intentó desmontar las conclusiones. Cuestionó la precisión del posicionamiento de los móviles, la ausencia de lesiones en la acusada y la falta de restos que permitan vincularla al crimen. «Si hubo un forcejeo, ¿por qué Fátima no tiene ninguna marca?», planteó.

A la salida del juzgado, una de las hermanas de Leticia acusó a la procesada de mentir. Aseguró que Fátima estaba molesta porque quería acceder al dinero de su hermana. Recordó que Leticia le contó a su madre que, si se negaba a darle dinero, Fátima «se enfadaba y la maltrataba». También dijo que, al ver una foto de la casa que Leticia estaba construyendo en Paraguay, la acusada le preguntó: «¿Para qué haces eso, si no vas a volver?».

Este viernes se expondrán las conclusiones finales. La Fiscalía solicita doce años de prisión por homicidio. La acusación particular pide veinte por asesinato, o catorce si se considera que hubo homicidio con alevosía. La defensa insiste en que no hay pruebas concluyentes y reclama su absolución.

Puedes escuchar parte de la declaración aquí