Llega la "resaca" del Entroido
Hablamos de la "resaca", pero esa que es emocional, la que sucede cuando termina algo que tanto ansiabas que llegara y, por encima, tienes que esperar un año para poder volver a disfrutarlo.
También te puede suceder con una serie por la que llevabas tiempo esperando y que te terminas en dos días. Hablamos de ese vacío inmenso con el que te quedas, esa sensación de que algo que aprecias con locura se te ha escurrido entre los dedos de las manos.
El golpe de realidad ha caído como un jarro de agua fría. Guardar los bombos, aixadas, boteiros o mázcaras, ha sido difícil, pero que se lleva con la cabeza alta, con el orgullo de saber que un año más se ha dado todo y más para que estas fechas vuelvan a estar señaladas en los libros de historia.
Pero aún quedan secuelas, física y emocionales, que tienen su importancia y no se deben olvidar. Año tras año, los dedos quedan marcados en los bombos, los brazos en las aixadas y la nariz en las máscaras. No es un proceso fácil, aunque para la gente que lo ve crea que sí, hay todo un esfuerzo detrás, muchos fines de semana de ensayo y de preparación para que todo quede a pedir de boca.
Y, ¿ahora qué? Sí, la gente que lo observa desde fuera a veces puede llegar a pensar: «Bueno, una aventura más que hemos vivido». Es verdad que muchas personas se desplazan esos días en concreto para ver estas festividades de cerca, hacen kilómetros mientras están de vacaciones.
Pero, ¿quién piensa en esas personas que viven el Entroido a lo grande? En esa gente que hace muchos kilómetros cada fin de semana que puede para poder ensayar o, en las personas que día tras día trabajan para tener todo listo para esta época. Salir de trabajar y ponerte a tocar, eses han sido los últimos meses de muchas personas.
«Esto se lleva en la sangre o no se lleva», han dicho en reiteradas ocasiones. Y, la verdad, es cierto, hay que hacer muchos sacrificios para poder llegar en el mejor nivel posible para los días más grandes, pero, sobre todo, para los días más pequeños. Recorrer cada pueblo, tocar con diferentes agrupaciones, conocer a gente, es todo un proceso al que el cuerpo y el cerebro se acaba acostumbrando y gustando. Sociabilizar haciendo lo que te gusta.
Así que sí, hay resaca emocional de todo lo que se ha hecho y lo poco que se va a hacer durante un año entero. Toca descansar, curar heridas y poner el foco en el año que viene. Siempre pensando en cómo mejorar y qué hacer para que la adrenalina vuelva a correr por las venas.