La noche discurrió sin incidentes en las oficinas de Samaca. La Guardia Civil acudía a la llamada de los tres comuneros que habían accedido a la nave acompañados de un tráiler y que solicitaban ayudar para salir porque se sentían inseguros.
En el exterior se encontraban los trabajadores, que al ver entrar el camión para, presuntamente, sacar pizarra de la Plaza de Samaca, se personaban en la puerta. «El camión si sale, saldrá vacío», confesaba Francisco Moral, portavoz de la CIG, a última hora de la tarde.
Pero no, el camión no salió, y tampoco el camionero. Al menos no por la puerta donde se encontraban los trabajadores. En dicho acceso se ha instalado una maquina de gran tonelaje que no permite que ningún vehículo entre ni salgo del recinto.
La Guardia Civil escoltó a los tres comuneros para salir del interior alrededor de las 22.00 horas. No hubo incidentes en su salida, tampoco insultos ni gritos, aunque eso sí, las ruedas de sus coches estaban pinchadas por clavos, por lo que fue la grúa quien tuvo que acudir hasta Samaca.
Cabe recordar que la zona de almacenaje se encuentra llena de palés de pizarra que, con el desahucio, no han podido sacarse para su venta. «Encima de que están en unos terrenos que, insistimos, no son comunales, son de la empresa, intentan robarle el pan a los trabajadores», explicabann refiriéndose a los comuneros de la Comunidad de Montes Portela-Trigal, los cuales se encuentran dentro de la nave.
Desde primera hora de la mañana se está llevando a cabo un reunión en Irosa. Este medio está a la espera de novedades relativas a este conflicto.
Recordamos que el 29 de noviembre es la fecha en la que se ha decretado el desahucio y, de cumplirse, se decretaría el cierre de este grupo pizarrero.
