El camino de Inverno, más antiguo que la propia peregrinación a Santiago

El camino de Inverno, más antiguo que la propia peregrinación a Santiago

Cuando el Camiño de Inverno fue el camino de regreso para Buenafede Vanti

“Il Cammino dritto di San Giacomo” este es el nombre que Gian Lorenzo Buonafede Vanti dio al Camiño de Inverno en el siglo XVIII cuando no utilizo este recorrido para volver a Santiago sino para regresar.

Este es el camino, trazado por el río Sil, que también eligieron las tropas napoleónicas francesas, para hacer sus incursiones en tierras gallegas. Además por la citada vía se construyó, en 1883, el primer trazado del ferrocarril que comunicó Galicia con el resto de la Península.

Y es que, aunque la Xunta de Galicia lo reconociera como camino oficial de peregrinación hace pocos años, lo cierto es que esta vía que atraviesa Valdeorras tiene más antigüedad que la propia peregrinación a Santiago

Historia del Camiño de Inverno

Está documentado que es la época romana cuando se empieza a utilizar esta vía como una calzada secundaria que partía de las explotaciones de oro de Las Médulas hacia la Vía XVIII y  que pasaba por la comarca de Valdeorras, por donde se evacuaban los yacimientos auríferos. El túnel romano de Montefurado es hoy prueba de ello.

Restos de la explotación minera romana en Montefurado. Sonia Rodríguez

Fue después, en el siglo XVIII cuando comenzó a utilizarse como camino a Santiago. La razón no es otra que la que describe su propio nombre: intentar salvar las inclemencias meteorológicas de la zona de O Cebreiro durante los meses de invierno, cuando las heladas, la nieve y las bajas temperaturas dificultaban el paso. Además, los historiadores aseguran que fue en ese siglo cuando se produjo un fenómeno de enfriamiento al que los científicos se refieren como pequeña glaciación, por lo que transcurrir por el Camiño de Inverno se hacía mucho más agradable.

Fue precisamente en ese siglo cuando Gian Lorenzo Buonafede Vanti decidió partir del Castel de San Pietro, en Bolonia y dirigirse a Santiago. Era el año Santo 1717 y Buonafede detalló su peregrinación en doce extensas cartas.

En las mismas precisó como, en su regreso, entre Santiago y Ponferrada optó por seguir por esta vía que le permitía una propuesta singular, con parajes naturales de extraordinaria belleza, y una gran riqueza patrimonial, además de tramos más amables que los que ofrece la vía más tradicional.

Actualmente es la escasa masificación de este itinerario la que lleva al peregrino a elegir el trazado que atraviesa todas las provincias gallegas y que permite al caminante disfrutar del silencio de los grandes espacios naturales e históricos.

El otro lado de la moneda es la falta de una red de albergues pero si de fuertes asociaciones, como la del Camino de Santiago a su paso por Valdeorras que ayudan al peregrino.

Tramos del Camino de Inverno en Valdeorras

El Camino de Inverno llega a Valdeorras —y a Galicia—tras dejar atrás Las Médulas y el tramo berciano, la que sería la segunda etapa del camino.

Tras cruzar el río Sil y un paso subterráneo bajo el ferrocarril desemboca el camino en Quereño, concello de Rubiá. En ese momento es donde se produce la primera “alternativa” del camino. El camino más tradicional, pero también más largo lleva a cruzar para atravesar el incomparable paraje de la Sierra de A Lastra y pasar por Biobra y Rubiá.

Camiño por la Serra da Enciña da Lastra. Sonia Rodríguez

La otra alternativa, rodea la localidad de Quereño al igual que el embalse de Eirós hasta acabar en un camino entre el Sil y el ferrocarril para continuar hasta Pumares, Sobradelo (entrando por el barrio vello y saliendo por el nuevo), Éntoma, el monte Xirimil y llegar a O Barco. Esta opción discurre en paralelo con el río Sil y la línea férrea Palencia- A Coruña, permitiendo unas placenteras vistas de las tranquilas aguas del río, que silenciosamente acompaña en todo el trayecto.

Camino de Invierno saliendo de Pumares hacia Sobradelo. Sonia Rodríguez

En ambas, el peregrino se adentra en Galicia pasando por una de las explotaciones mundiales más grandes de pizarra, después —aunque este verano el fuego ennegreció la visión—se pasa  por deslumbrantes paisajes con matorral bajo y el río Sil ofrece unas magníficas vistas. Además, en Sobradelo es digno de admirar A Pontenova, un puente de siete arcos construido  entre los siglos XVI y XVII.

Raúl junto a las esculturas creadas por él en pizarra, en el Camino a su paso por Éntoma. Sonia Rodríguez

 

Desde Sobradelo es necesario seguir la carretera OU- 0801, hacia Éntoma donde también el peregrino se topara con un puente, supuestamente de origen romano, sobre el río Galir. Dejando a la derecha la iglesia de San Juan Bautista se sale de Éntoma —donde se puede admirar la inscripción de la Cruz de Malta— se sigue por un camino de tierra de gran belleza y enmarcado entre alcornoques, pinos y viñedos hasta llegar a O Barco.  Se cruza la carretera OU-0801 siguiendo al mismo río Sil y la N- 536 para entrar en la villa de O Barco por la calle Real, una de las rúas más bonitas de O Barco llena de casa blasonadas y seguir por el paseo del Malecón.

Tremiñá lugar de paso hacia Xagoaza. Sonia Rodríguez

A la llegada a la capitalidad de Valdeorras, el problema se encuentra en el albergue municipal ubicado en Xagoaza, a 1.8 km del Camino. Aun así, cada vez más surgen opciones privadas que ofrecen al peregrino un cómodo descanso.

O Barco-A Rúa

La etapa que une O Barco y A Rúa es la más corta y más espectacular debido a los paisajes. Saliendo por Tremiña —si se ha pernoctado en el albergue municipal— o por la carretera hacia A Pobra,  tras cruzar el río Farelos se llega a Arcos.

De este modo el peregrino sigue por una pista para pasar bajo la N-120 y después sobre la vía del ferrocarril para admirar el río Leira que dejará en el área deportiva de Vilamartín de Valdeorras. Cabe subrayar que el rio es cruzado por una vistosa pasarela antes de llegar a Vilamartín donde se cruza el puente de A Rodeleira. En esa zona también hay un albergue municipal. Si el peregrino puede conocer las cuevas de Vilamartín, será un buen momento para contemplar unas infraestructuras prácticamente únicas.

Típica cueva de Vilamartín. Sonia Rodríguez

Aquí se produce otro de los conflictos del Camino y es la unión de esta localidad con A Rúa. El camino lleva al peregrino por una larga recta entre la vía férrea y junto al embalse de Valencia do Sil para llegar a  la antigua carretera N-536. Este es uno de los tramos más peligrosos debido al paso de los automóviles y la estrechez del arcén.

Uno de los tramos más peligrosos del Camiño de Inverno a la entrada de A Rúa. Sonia Rodríguez

Hace ya años que el concello de Vilamartín habilitó una alternativa que dirige a los peregrinos por una senda peatonal pero que, desde A Rúa, nunca se construyó el voladizo que debería completarla.

Una vez en A Rúa, el peregrino deja a la izquierda la ermita de San Roque y se llega A Rúa Vella donde las casas blasonadas también darán la bienvenida al caminante para ser recibidos por Santiago Peregrino en la iglesia de San Esteban.

Iglesia de San Esteban en A Rúa Vella. Sonia Rodríguez

Es un buen consejo seguir la ruta para admirar la zona de viñedos de Campogrande y llegar al barrio de Fontei, hasta descansar junto al encoro de San Martiño y el puente de A Cigarrosa.

A Rúa-Quiroga

Esta etapa es la que nos despide de Valdeorras y la provincia de Ourense para dejarnos en Lugo, caminando por unos parajes de extraordinaria belleza.

En A Rúa se parte desde el barrio de Fontei e inicia el Camino en la iglesia de Fátima, por la carretera OU-602. Tras cruzar por debajo de la N-120 el Camiño de Inverno sigue por un camino que luego se transforma en pista asfaltada hasta que en una rotonda tomamos la OU-933.

Iglesia de Fátima vista desde el camino. Sonia Rodríguez

Tras pasar el desvío a Roblido, vamos dejando el río Sil a nuestra izquierda, contemplándolo desde una notable altura. El paisaje es extraordinario. Por la carretera que llevamos, de escasa o mínima circulación, cruzamos el límite entre las dos provincias antes citadas. Llegamos a Albaredos, primer pueblo de Lugo.

Las leyendas

Son muchas las leyendas que rodean al camino de Santiago y a las localidades por las que discurre.

Un ejemplo es A Rúa, donde se escondieron las tres costureras que huían del caballero Roldán. Él, desde Valencia do Sil las vio y espoleó su caballo para saltar y atravesar el río. Fue tal el brinco que dejó para siempre grabadas las herraduras en el suelo. Ellas rogaron convertirse en mármol y así les fue concedido. Todavía hoy, como piedras, habitan dicha zona.

Vista de Valencia del Sil desde el nuevo trazado del Camino para evitar el trozo peligroso de A Rúa

 

La problemática

Dos son los problemas básicos con los que se encuentra el peregrino del Camiño de Inverno a su paso por Valdeorras. Uno de ellos la falta de albergues que, poco a poco, y con iniciativa tanto pública como privada se trata de subsanar aunque bien es cierto que la pandemia derivada de la Covid-19 frenó.

El otro es el trazado entre Vilamartín y A Rúa. Un tramo de 500 metros que lleva al peregrino a enfrentarse con los vehículos, y al alcalde de Vilamartín y A Rúa a otro enfrentamiento.

Desde Vilamartín se intentó solucionar el paso de los peregrinos con una senda peatonal que proponía un voladizo en el concello de A Rúa. Esta segunda parte nunca se ejecutó debido al alto coste que tenía.

Nueva variante del camño que enfreta a los dos concellos

Ahora, el alcalde de A Rúa ha propuesto una nueva variante que fue aprobada desde la Xunta que colocó la señalización en la zona a pesar de discurrir por una finca privada mientras que su homólogo en Vilamartín destaca que ese paso también es muy cercano a la circulación y que además no tiene visibilidad.

Para tratar de dar solución a este problema, el Parlamento aprobó a comienzos de este mes y  por unanimidad una resolución que insta a la Xunta a completar la delimitación del trazado del Camiño de Inverno, un paso pendiente desde que hace cinco años.

Puente de A Cigarrosa por donde pasaría el camino alternativo por Ribeira Sacra. Sonia Rodríguez

Otra de las problemáticas surgidas en los últimos tiempos es la unión del concello de Larouco a la campaña del concello de Castro Caldelas para que se reconozca la calzada romana, Vía Nova, como tramo del Camiño de Inverno. En esta propuesta el camino seguiría desde A Rúa, la ruta cruzaría por Petín y Larouco y tras pasar los codos del Bibei, seguiría por Terras de Trives y Castro Caldelas. Desde ese punto cruzaría el río Sil y tierras de Sober para llegar a Monforte donde enlazaría con el actual trazado del Camino de Invierno.

Embalse de San Martiño que separa Petín de A Rúa. Sonia Rodríguez

Lo cierto es que el camino de Inverno a su paso por Valdeorras ofrece una alternativa única y mágica a los peregrinos puesto que pueden atravesar la tierra de la que brota el agua del Sil, la uva godello y Mencía y la recia pizarra que abriga.

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