El PP exige la recuperación inmediata de los horarios del AVE en A Gudiña: «Non se pode xogar co futuro dunha comarca»
A las puertas de la estación Porta de Galicia, convertida en símbolo del abandono ferroviario, el Partido Popular escenificó este viernes su rechazo frontal a la supresión de frecuencias del AVE en A Gudiña. Rodeado de diputados, alcaldes y portavoces de las comarcas afectadas, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Alberto Pazos, reclamó al Gobierno central que reconsidere su decisión y reponga los horarios eliminados.
«Non estamos dispostos a que os cidadáns desta comarca se vexan como perdedores dunha decisión tomada nun despacho en Madrid», sentenció Pazos, que pidió «sensibilidade, xustiza e atención ás xustas reivindicacións de persoas que o único que queren é vivir no lugar onde naceron».
Tras el acto, los representantes populares mantuvieron un encuentro con miembros de la Plataforma Dereito ao Tren, a quienes escucharon y con quienes analizaron el alcance de esta medida, que ha reducido notablemente la conectividad de la estación Porta de Galicia, pese a que el pasado año fue utilizada por más de 52.000 personas.
El portavoz popular calificó de «inxusta» la supresión de servicios y lamentó que el Ministerio de Transportes haya respondido en términos de «ganadores e perdedores». «Non creemos que o futuro dunha comarca se poida valorar como se fora unha tómbola», reprochó.
Pazos advirtió además que tanto el PP de Galicia como el grupo parlamentario continuarán promoviendo iniciativas hasta lograr que «esta estación volva ser unha estación de portas abertas».
Durante el acto, también tomó la palabra el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, quien acusó al Gobierno central de «negociar ás escondidas» con el alcalde de Vigo y advirtió de que esta situación constituye «un atropelo á provincia de Ourense». Recordó, además, que en Vigo residen más de 90.000 ourensanos.
El diputado de Verín, Víctor Baladrón, fue contundente al describir el efecto de la medida: «Tiñamos unha estación viva e pasou a ser unha estación morta».