La luz regresa poco a poco a Valdeorras, Viana, Trives y Quiroga
La normalidad comienza a restablecerse en Valdeorras tras un apagón que afectó durante horas a toda la comarca y también a municipios limítrofes. Trives ha sido una de las zonas más castigadas por el corte de suministro. Allí, los vecinos de A Pobra, Manzaneda y San Xoán de Río no recuperaron la electricidad hasta cerca de las 11.00 horas de este martes. La situación sigue siendo más complicada en cuanto a las telecomunicaciones: las líneas telefónicas fijas aún presentan fallos generalizados y contactar con estas localidades continúa siendo difícil.
También Quiroga permaneció sin luz hasta las 11.00. En otros concellos de la comarca la noche se vivió a oscuras o a la luz de las velas. En A Veiga la electricidad volvió sobre las 3.00 de la madrugada. Entre las 6.00 y las 8.00 lo hicieron Viana, Vilariño, A Rúa, Vilamartín y O Bolo. En Larouco el servicio se restableció a las 6.20. Allí fue necesario llevar gasoil a la residencia para mantener en funcionamiento los generadores y asegurar el bienestar de las personas usuarias.
Mientras, en Sobradelo, Rubiá y O Barco el servicio eléctrico regresó antes, sobre las 17.30 del lunes, aunque se volvió a interrumpir en torno a las 19.00 para regresar poco después. Las comunicaciones, sin embargo, han seguido dando problemas en prácticamente todas las compañías. En el caso de la red fija, las incidencias persisten.
Aunque no fue necesario activarlo, el Concello de O Barco tenía preparado un plan de emergencia por si el apagón se prolongaba durante la noche. Se establecieron turnos para que tanto la Policía Local como Protección Civil patrullaran las calles con el objetivo de garantizar la seguridad y atender posibles incidencias. Afortunadamente, no fue necesario.
A pesar de los cortes de luz y de las dificultades para comunicarse, no se han registrado grandes incidencias graves. Los bomberos de Valdeorras tuvieron que intervenir en varias ocasiones: poco después de las 12.30 rescataron a una persona atrapada en un ascensor en O Barco y ayudaron a otra con movilidad reducida. También recibieron una llamada desde el centro de día de A Rúa para trasladar a personas con dificultades de desplazamiento.
El servicio de ambulancias funcionó con normalidad, aunque el principal problema fue la imposibilidad de contactar con los equipos. Los vehículos permanecieron en los Puntos de Atención Continuada (PAC) y muchas personas se desplazaron a pie hasta allí. En Viana, ante la falta de cobertura, un vecino tuvo que detener un coche que pasaba por la calle para que lo llevaran a urgencias.
Este martes no se imparten clases, aunque los centros permanecen abiertos por orden del Ministerio del Interior para facilitar la conciliación. Sin embargo, son pocos los padres que han optado por esta opción. En el colegio Julio Gurriarán, algunos niños fueron llevados por la mañana, pero sus familias regresaron a recogerlos al enterarse de que no habría actividad lectiva. El equipo directivo y parte del profesorado siguen en el centro. En el Lauro Olmo solo cuatro o cinco alumnos han permanecido en sus instalaciones.
El apagón ha provocado también pérdidas económicas en los comercios, que no pudieron vender ni cobrar durante horas. La excepción fueron las ferreterías, que agotaron pilas, linternas, radios y camping gas.